El padre, de origen español, había sido condenado a dos años de prisión “por ingresar objetos ilícitos a centros penales”
El sacerdote pasionista Antonio Rodríguez, mejor conocido como el padre “Toño”, quedó en libertad, luego que el juez especializado de la jurisdicción de Santa Ana en El Salvador así lo dispusiera el fin de semana pasado.
El padre, de origen español, había sido condenado a dos años de prisión “por ingresar objetos ilícitos a centros penales”, y a otros seis meses más “por tráfico de influencias”.
Ambos períodos de sentencia, según la leyes salvadoreñas, son excarcelables, por lo que la pena del sacerdote pasionista, activista en torno a la reconciliación de las maras y muy querido en su parroquia, será sustituida “por un período probatorio de dos años a reglas de conducta”.
Asimismo, el juez estableció que el padre “Toño” Rodríguez “no podrá ingresar a centros penales y bartolinas policiales en El Salvador. Además, tiene prohibido relacionarse con personas pertenecientes a maras o pandillas”.
No obstante estas restricciones, el sacerdote español no ha visto restringida su libertad migratoria y puede ir y regresar a El Salvador sin otra obligación que cumplir las anteriormente impuestas.
A su salida de los tribunales, el sacerdote se limitó a anunciar que va a "descansar dos años, como se lo ha pedido el país". También aseguró no sentirse un testigo criteriado. Su defensa afirmó que el beneficio de la libertad bajo estos criterios se le otorgó por "su mínima participación" del delito.
En audiencia con el juez, el sacerdote español admitió que ingresó objetos ilícitos a penales de Izalco (teléfonos celulares), en marzo de este año, y al de Cojutepeque, en mayo de este año. Además, reconoció que pidió beneficios para reclusos.
Hace casi dos semanas, el juzgado Especializado de Instrucción de Santa Ana recibió el proceso contra el sacerdote español y 37 supuestos pandilleros acusados por varios delitos, notificó la unidad de comunicaciones de Tribunales.
El padre “Toño” volvió a su país natal y fue recibido por familiares y unos 30 vecinos del pueblo de Daimiel que lo esperaban en el aeropuerto de Barajas, Madrid.
La llegada del religioso no pasó desapercibida para la prensa española. El periódico El Mundo informó que a su llegada a la península ibérica, el padre Antonio declaró que él pensaba que la condena impuesta “es injusta”, aunque matizó que “hay que respetar los procedimientos legales de la justicia salvadoreña”.
El padre “Toño”, enfrenta una condena a dos años de trabajos comunitarios que pueden ser realizados en el extranjero. “Voy a estudiar, leer y estar con mi familia y amigos en Daimiel”, dijo el sacerdote español a la pregunta sobre lo que hará en el corto plazo.
Según su familia, el padre Rodríguez permanecerá en España al menos durante dos años, misma que hizo un llamado para que no se olvide el trabajo que él realizó en El Salvador.