Se habla a menudo de la incidencia de Honduras en la llamada “crisis humanitaria” de los niños viajando sin compañía a Estados Unidos. Pero El Salvador (junto con Guatemala) también está sufriendo esta sangría provocada por la violencia, la pobreza y la desinformación generada por una posible reforma migratoria en Estados Unidos.
El año fiscal que termina en septiembre, va a cerrar con cerca de 70 mil menores de edad centroamericanos detenidos en Estados Unidos y que ahora enfrentan el riesgo de ser deportados de regreso a sus países; pequeños que “emprendieron ese riesgoso viaje en un intento de encontrarse con sus padres u otros familiares, y para escapar de la violencia, pobreza y exclusión en sus países de origen”, según un reportaje de la revista digital “El Pregonero” de la arquidiócesis de Washington.
La publicación destaca que, de acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, de octubre de 2013 a julio de 2014, fueron detenidos en la frontera 47.906 menores centroamericanos, de los cuales 14.591 son salvadoreños. Comparado con el total de menores detenidos en el año fiscal de 2009 (3.304 niños), la primera cifra mencionada representa un incremento de más de 1.400 por ciento.
Mejorar la gestión pública
Por ello, representantes de la Alianza Nacional de Comunidades de América Latina y El Caribe (NALACC, por sus siglas en inglés) sostienen, en El Salvador conversaciones con representantes del gobierno y de organizaciones que se relacionan con esta crisis humanitaria cuyas dimensiones todavía no se terminan de ver con claridad y cuyo desenlace, también, se desconoce.
Para el director de NALACC, Oscar Chacón, uno de los objetivos de la gira es “incidir en el proceso de deliberación y de toma de decisiones en los gobiernos centroamericanos sobre cómo mejorar la gestión pública de manera que las problemáticas que afectan a sus nacionales en el exterior sean incorporadas en los planes de gobierno, incluyendo asignaciones presupuestarias para este fin”.
“La única manera de poder respaldar a la población salvadoreña en situación de crisis en el exterior, es si el gobierno asume una actitud más responsable” declaró Chacón, quien hizo extensiva esta responsabilidad a las otras dos naciones de Centroamérica que “aportan” menores de edad al flujo incesante que existe en la frontera con México.
“Ya es hora que los gobiernos reconozcan que sus nacionales en el exterior tienen necesidades de naturaleza múltiple, incluyendo el salvaguardar los derechos de los que buscan protección humanitaria en otros países, incluyendo Estados Unidos”, agregó Chacón.
Cambio de paradigma
Este “cambio de paradigma” que NALACC demanda de los gobiernos centroamericanos, también implica responder de una mejor manera ante los miles de nacionales que son involuntariamente regresados a sus países, y de forma urgente a los niños y niñas protagonistas de esta crisis humanitaria sin precedentes.
La gira por Centroamérica de NALACC coincide con una visita que realizan congresistas de Estados Unidos a estos países, para conocer más de las condiciones económicas, sociales y de violencia, que están influyendo en la decisión de miles de personas para abandonar sus países.
“Las leyes de protección humanitaria existentes deben ser aplicadas, al mismo tiempo que estas urgen de cambios si es que Estados Unidos quiere seguir siendo una luz de esperanza para quienes huyen de condiciones de violencia en sus países en busca de paz, libertad y una vida mejor”, declaró Lariza Dugan-Cuadra, directora de CARECEN en San Francisco.
Región con interdependencias profundas
Abel Núñez, director de CARECEN-DC, dijo que otro de los objetivos de la gira, es contribuir a un mejor entendimiento de la naturaleza “inadecuada, obsoleta y hostil que caracteriza los marcos legales aplicables a los flujos migratorios en la región y la urgencia de reformarlos”.
En América Central, al igual que en México, “urge una nueva manera de definir la relación regional con Estados Unidos. La delegación de legisladores estadounidenses que visitó la región puede sentar algunas bases en función de una nueva manera de fortalecer una región donde las profundas interdependencias ya son una realidad”, declaró Núñez.
“Hoy más que nunca compartimos los mismos problemas. Hay falta de buenos y abundantes empleos en América Central y en EEUU. Hay una urgente necesidad de contar con mejores y más eficaces sistemas escolares. Necesitamos una nueva gran visión y plan de acción que conlleve a una verdadera condición de bienestar y prosperidad para los pueblos de América Central, el Caribe, México y el resto de América del Norte”, concluyó Núñez.
(Con información de “El Pregonero” de Washington)
Hoy celebramos a...