Las opiniones en Estados Unidos, sin duda motivadas por la reciente escalada de la violencia en Oriente Medio y la intervención de Estados Unidos en contra de las milicias que conforman el ISIS, se están moviendo hacia priorizar la seguridad en la frontera con México en lugar de ofrecer a los migrantes centroamericanos, especialmente a los niños, un lugar de acomodo en la Unión Americana.
En tanto que el presidente Barack Obama ha considerado llevar a cabo una acción ejecutiva para retardar la deportación a sus países de origen de millones de inmigrantes, las políticas de Estados Unidos, avaladas por una la mayoría de los ciudadanos han girado a favor de reforzar la seguridad en la frontera sur y endurecer las leyes migratorias.
La encuesta nacional llevada a cabo entre el 20 y el 24 de agosto pasado por el Centro de Investigaciones Pew entre mil 501 adultos residentes en Estados Unidos, muestra que 33 por ciento dice que la prioridad debería estar destacada en mejorar la seguridad en la frontera con México y tener leyes migratorias más duras.
Frente a esta corriente de opinión, un 23 por ciento de los encuestados priorizaron la creación de una vía para que las personas que están viviendo “ilegalmente” en Estados Unidos, y que cuenten con algunas condiciones normales (por ejemplo, no tener antecedentes penales), puedan ser aptas para convertirse en ciudadanos estadounidenses.
Además, 4 de cada 10 encuestados por el Pew le dieron igual peso (41 por ciento) a ambas posibilidades, con lo que el 33 por ciento de quienes se decantaron por endurecer las leyes y cerrar fronteras toma la delantera en la opinión pública de los Estados Unidos.
Evidentemente, las prioridades han cambiado desde febrero de 2013, muy temprano en el segundo mandato de Obama. Quienes opinaban que ambas opciones eran iguales han caído del 47 por ciento al 41 por ciento de agosto de 2014.
En el mismo período, el porcentaje de personas que prioriza el endurecimiento de las leyes y el reforzamiento de la frontera sur se ha elevado 8 puntos porcentuales, del 25 al 33 por ciento, mientras que se ha dado un pequeño cambio entre quienes creen que lo mejor es crear un camino a la ciudadanía, del 25 al 23 por ciento.
Evidentemente, son los republicanos los que más empujan la opción de mejorar la seguridad en las fronteras y endurecer las leyes migratorias, con una diferencia de 17 puntos porcentuales frente a los demócratas (53 contra 36 por ciento). E incluso, entre los republicanos, ha bajado la opinión de construir una senda segura para la ciudadanía: de 11 por ciento que la veían viable en 2013 ha pasado a 9 por ciento en 2014.
Con el telón de fondo de las elecciones intermedias en este año, la cuestión migratoria en Estados Unidos se ha convertido en un objetivo eminentemente político. Y tanto republicanos como demócratas lo saben. Mientras tanto, millones de seres humanos continúan viviendo en la zozobra. Porque son “ilegales”.