En este caso la actitud de los padres es fundamental
Algunos niños viven este momento sin inconvenientes, se adaptan con facilidad a los cambios y disfrutan de su nuevo colegio. Otros en cambio, les cuesta este proceso y aunque ya cuenten con la experiencia del jardín infantil, la entrada al “colegio de grandes” les causa temor, angustia y ansiedad. En este caso la actitud de los padres es fundamental. Aquí les aconsejamos cómo actuar frente a esta situación.
Qué hacer
Adaptarse a los cambios, los lugares y las personas, son situaciones que se les presentará a los hijos continuamente en su futuro, por eso es importante enseñarles desde las primeras edades cómo afrontar estos escenarios. Estas son algunas sugerencias de lo que debe hacer.
Prepararlo. Aproveche las diferentes ocasiones que van surgiendo para explicarle las bondades del colegio, puede apoyarse en cuentos infantiles que tanto atraen a los pequeños.
Visitar la escuela antes del "gran día". Algunos colegios hacen actividades para los primerizos antes de comenzar el año escolar, con el fin de que los niños se conozcan y se familiaricen con el espacio. Si no existe esta posibilidad, entonces hágalo usted. Visiten juntos el colegio, muéstrele las instalaciones, conozcan los profesores y explíquele que podrá jugar y aprender con muchos amigos.
Ajustar los horarios a la nueva vida escolar. La jornada será más larga que la del jardín y por lo tanto habrá que hacer algunos ajustes en los horarios. Ir a la cama más temprano y levantarlo antes de lo habitual, puede ser una ayuda para aminorar el cambio. También los horarios de comidas deberán ser replanteados.
Acudir a las motivaciones. Se recomienda hacer partícipe al niño de la compra de los útiles escolares, la lonchera, la mochila, el uniforme. Déjelo que él elija y verá lo motivado que se sentirá.
Tomar de ejemplo a los hermanos. Cuando hay hermanos mayores este proceso puede ser más fácil, pues el niño ya está familiarizado con el tema y es muy posible que le anime el hecho de ser grande como su hermano.
Contarle su experiencia. Los padres son para los niños su principal referente, así que compártale su vivencia, cuéntele lo bueno que la pasaba y los amigos que aún conserva desde su época de estudio.
Qué NO hacer
Atemorizarlo con frases necias. No se le ocurra decirle al pequeño; “en el colegio no te seguirán los caprichos”, “cuando será que entras a la escuela para ver si te portas bien”. Por el contrario, estimúlelo con otros mensajes como “¡qué divertido será el colegio con tantos amigos!”, “¡qué suerte que ya seas mayor para ir al colegio!".
Dramatizar la despedida. Muchas veces los niños están emocionados por su ingreso a la escuela, pero los padres -sin quererlo- dramatizan demasiado de esta situación y lo único que logran es crearles inseguridades. Llenarlos de advertencias tampoco es conveniente.
Hacer comentarios negativos. No lo vea como una experiencia negativa porque así lo entenderá el pequeño. Muéstrese tranquilo, sereno, oculte los nervios y evite el llanto; mejor imprímale seguridad y fortaleza.
Acompañarlo más de la cuenta. Durante el primer día puede que sea necesario un poco de compañía, como por ejemplo llevarlo a su salón de clases y saludar a los compañeros y profesores; pero recuerde, es sólo un rato, no todo el tiempo.
Llegar tarde. Tardarse para llevar o buscar al niño en su primer día puede ser un mal precedente, esto le puede producir angustia y hasta sentimiento de abandono.
La forma como los padres afronten esta nueva experiencia, se verá reflejada en los pequeños, ellos aprenden por imitación y ejemplo. Si los padres le hacen una positiva sensibilización, además de una buena preparación, lo más seguro es que los primeros días de la vida escolar sean amables y alegres.