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Las cariñosas cartas que santa Teresa escribía a sus amigos

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Aleteia Team - publicado el 04/09/14
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El pensamiento y la vida de Teresa de Jesús a través de sus relaciones epistolares

Las cartas de santa Teresa, su contenido y destinatarios fueron los protagonistas del tercer día de trabajo y estudio en el quinto Congreso Teresiano Internacional sobre su Epistolario y Escritos Breves. Teresa de Ávila, cree y confía en los laicos, sin reparar en que sean cristianos viejos o conversos.

“Yo me espanto de lo que la quiero: Cartas a María de S. José”

María José Pérez González abrió el día con la conferencia “Yo me espanto de lo que la quiero: Cartas a María de S. José”.

Dijo que la relación epistolar entre Teresa de Jesús y María de San José (Salazar), priora del convento de Sevilla, fue muy cercana.

62 cartas son testigo de una prolongada relación de amistad entre estas dos mujeres.

Las cartas, desde su misma materialidad, sirvieron para salvar la distancia física. Analizó las marcas que el afecto entre ellas dejó en la escritura y las características y exigencias que se plantearon en su relación afectiva de amistad.

Teresa hizo realidad la máxima "Procure ser amada para ser obedecida". Así creó lazos con sus monjas a lo largo de la geografía, para formar una red de monasterios unidos por vínculos de afecto que llevaran adelante su proyecto reformador.

“Hermana, amiga y directora espiritual. Cartas a Lorenzo”

Esteban Monjas Ayuso, por su parte, habló de la relación especial que mantuvieron Santa Teresa y Lorenzo de Cepeda, su hermano. “Hermana, amiga y directora espiritual. Cartas a Lorenzo”.

SAINT TERESA OF AVILA
PD

Esta relación lleva a la santa a aconsejar a Lorenzo en temas de vida espiritual como la oración o la necesidad de un director espiritual.

También le orienta sobre la administración de los bienes con la meta puesta en la máxima: lo mejor será dejar todo por el TODO (que es Dios), así como en la educación de los hijos, en el tema de la salud y el necesario equilibrio entre el cuidado del cuerpo y las penitencias, a las que el hermano se inclinaba.

Formulando así, un tentador itinerario espiritual que podría ser en muchos casos, válido para nuestros días.

“Cartas de Santa Teresa a Jerónimo de la Madre de Dios, Gracián”

Alfonso Ruiz Calavia dedicó su conferencia al tema “Cartas de Santa Teresa a Jerónimo de la Madre de Dios, Gracián”.

Y afirmó que “a decir verdad Teresa se vuelca con cada destinatario haciéndole sentirse privilegiado, con su cariño, su cercanía, su solicitud, su personal empatía e interés por el momento que vive".

De ahí que toda carta fue escrita como una confidencia íntima y amorosa a cada destinatario para ser leída igualmente en lo más íntimo de cada soledad y sin testigos.

El núcleo central y a la vez más alto del epistolario teresiano está constituido por las cartas escritas al P. Gracián en el que caben y donde van a aparecer todos los sentimientos y términos más humanos para expresar una relación afectiva: padre, hijo, amigo, confidente, ser amado, a la vez que se mezclan su condición de súbdita y superiora, discípula y maestra.

Una relación copiosa, larga y sentida, disfrutada con ilusión y sin cansancio. Teresa recurrirá a un lenguaje cifrado, donde los otros son ficticios para mejor disimulo.

Así, José es el propio Cristo. Angela o Laurencia es ella misma. Gracián es Pablo o Elíseo o Cirilo. El Nuncio es Matusalén, los calzados son los gatos. Y las descalzas las águilas, cigarras las calzadas, Macario, el P. Antonio, Angeles los inquisidores. Es un lenguaje convenido con Gracián, gracias al cual pueden expresarse con mayor libertad.

La relación epistolar con los laicos

Myrna Torbay Khoury, habló acerca de “La relación epistolar con los laicos” y su objetivo fue proponer una espiritualidad laical teresiana desde el epistolario de la santa.

Saint Teresa of Avila
Peter Paul Rubens | Wikipedia

De 468 cartas que se conservan, 135 están destinadas a 42 laicos (nobles, mercaderes, colaboradores (as), amigos (as) y familiares), es decir un 29% de las cartas.

Y aunque a simple vista no parece una cifra significativa, no nos permite deducir que su relación con los laicos haya sido poca, si consideramos el hecho de que difícilmente los familiares de los laicos conservarían esas cartas a lo largo de los años y de generación en generación, como lo hicieren los conventos, diócesis, o sus propios familiares.

Teresa se relaciona a través de sus cartas con laicos de diversas realidades sociales, y casi toda gente con cierto nivel cultural y poder adquisitivo (exceptuando sus familiares).

Tanto la nobleza como los mercaderes ocupan un lugar importante en su epistolario, además de su familia, por quien vela sin tregua.

Ante todo, prácticamente desde la primera hasta la última carta que escribe a los laicos, Teresa pide algo.

Pide ayuda y colaboración de todo tipo, no solo material sino también moral y espiritual.

También mediación en las licencias para fundar sus conventos, patronatos para sus nuevas fundaciones, además de casas y terrenos.

Pide que intercedan para la fundación de la nueva provincia, y por las injusticias que se cometen con sus frailes; pide alimentos, limosna, información.

Pide intermediación para que lleguen sus cartas, trabajo y ayuda para sus familiares. Pide a los padres que dejen a sus hijas entrar en sus conventos y que le escriban. Pide consuelo, ver a los que quiere, y también que no la olviden.

Pide atención para sus monjas y frailes, y que les den consejos y les acompañen, que se confiesen.

Y pide mucho a Dios por cada uno de ellos (as), su santo amor y temor, luz y entendimiento, salud y gracia, sosiego para servirle mejor.

Pide a Dios que les pague las mercedes que le hacen, y que les haga muy santos… y curiosamente a todos sus laicos pide oraciones para ella y sus monjas.

Otro elemento común en todas sus cartas es que se ofrece como sierva de todos(as). Y no es solo un decir popular de la época, sino que lo cumple, pues siempre estará dispuesta a acompañar y a servir a quien la necesite.

Y más aún, siempre estará atenta de las necesidades, sean espirituales o materiales, de los que la rodean. Y es precisamente ese reconocerse pobre y necesitada, indigna y servidora, lo que ha movido su vida…

Teresa vive en comunión con Cristo, y actúa en consecuencia, cree y confía en los laicos, sin reparar en que sean cristianos viejos o conversos.

De mujer a mujer

Asunción Valgañón,  habló “De mujer a mujer” en lo que, en su diálogo profundo con Teresa de Jesús, poéticamente expresó:

“¿Vas a permitir Teresa / en tu quinto centenario / que España sea un calvario / y de los corruptos presa? – Acude al Omnipotente, / pide pan para la gente / que se apiade del herido / de los que sufren el paro / del corazón más perdido / del que gime, del que llora / de quien ya no ve la aurora / porque en la noche se esconde. / ¡Por qué roba el hombre al hombre? / ¿Por qué esta lucha no cesa?

Rafael Pascual hizo la presentación del libro sobre los Autógrafos teresianos y manifestó que "este catálogo preparado con motivo del V Centenario del nacimiento de  santa Teresa de Jesús tiene como fin recensionar sumariamente todos los autógrafos teresianos actualmente asequibles, siempre en espera de nuevos hallazgos”.

Fueron distribuidos en tres grandes apartados: obras mayores, epistolario, y escritos menores de todo género.

En cada autógrafo, una vez identificado, se ofrecen los datos documentales más importantes: localización, fecha y medidas, estado de conservación.

Si es posible, puntualizamos lo más notable de sus avatares históricos en el paso de mano en mano o en su proceso de deterioro y restauración.

Y por fin se destaca lo más importante de su contenido, sobre todo cuando se trata de las cartas de la santa.

No desecharon páginas o cartas dictadas por ella, materialmente escritas por la secretaria de ocasión, en la mayoría de las ocasiones su querida Ana de San Bartolomé, pero completadas y firmadas por santa Teresa.

También fueron incluidos los autógrafos que en estos momentos están extraviados, pero de los cuales se posee fotografía, en espera de su posible recuperación.

Además, se excluyeron de la serie los documentos oficiales, extendidos generalmente por mano de escribano y únicamente firmados por ella. Se incluyen en tres cuadros la actual difusión de los autógrafos teresianos por Europa y América.

De la experiencia a la expresión orante

Lola Poveda presentó “El epistolario de Teresa de Jesús: de la experiencia a la expresión orante”.

Dijo que “la expresión humana no es una suerte de posibilidad opcional o una cualidad a ejercitar como una aptitud más de la persona. La expresión es constitutiva de nuestro ser. En palabras del filósofo Eduardo Nicol: el hombre es el ser de la expresión, el ser de la verdad".

"Teresa de Jesús, toda ella, es expresión -dijo-. Lo vemos a través de todos sus escritos en los que no trata de demostrar sino de mostrarse desde la humildad que es la verdad".

"La expresión de Teresa es expresión orante. De su diálogo con el que sabe que le ama emana su diálogo con el entorno y el mundo que le rodea".

"Implícita o explícitamente la oración, como confrontación y diálogo humano divino, aparece en sus cartas como argumento. Orar es vivir y vivir, para Teresa, es un constante expresarse en Dios y desde Dios para mejor servir".

Gestión, dinero y finanzas

Victoriano Martín presentó la “gestión, dinero y finanzas en las cartas de santa Teresa”. Habló acerca de las habilidades de santa Teresa en el ámbito de la gestión y las finanzas en el mundo de los negocios.

El objetivo fundamental fue analizar el contenido económico de las cartas en las que santa Teresa, de forma constante, muestra su preocupación por las cuestiones monetarias, financieras y de gestión.

Las cuestiones económicas tienen un enorme peso cuantitativo en los escritos de Teresa de Ávila.

Ella muestra un gran interés y preocupación por los problemas económicos y financieros, no sólo de los conventos, sino también de su familia.

Por lo que se refiere a los conventos, varias veces tuvo que recurrir al crédito para saldar su economía deficitaria y para hacer frente a los gastos de edificación y puesta en funcionamiento.

Pero no faltaron ocasiones en que tuvo que colocar en inversiones rentables los superávits de aquellos conventos de economía más boyante.

Eso la obligaría a estar al corriente del funcionamiento de los mercados financieros de la época, cuyos activos más representativos eran juros y censos, siempre en segundo plano de los activos reales como la tierra, según asesoraba a su hermano Lorenzo.

En definitiva, la madre Teresa tuvo que verse envuelta con mucha frecuencia en operaciones financieras más o menos complicadas.

Y también en contratos que tenía que leer y estudiar muy detenidamente para asegurar la buena salud financiera de sus conventos.

Conocía con detalle la economía y las relaciones comerciales, financieras y el marco institucional de la España del siglo XVI.

Pero no dio muestras de estar preocupada por las cuestiones analíticas que fueron objeto de estudio de los académicos de Salamanca, Alcalá, Coimbra y en general de las principales universidades y colegios no solamente de la península Ibérica sino de toda Europa.

Ello no implica que su instinto eminentemente práctico no la llevara a acudir al asesoramiento de académicos, mercaderes y expertos en general para recibir consejo que la ayudarán en la constante toma de decisiones que tenía que llevar a cabo.

Es evidente que Teresa de Ávila estaba dotada de una sabiduría especial para la gestión y la administración económica.

Ello, junto con su propia experiencia y el asesoramiento de los expertos, la permitió moverse como pez en el agua en el mundo de los negocios y el dinero.

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