El padre Luigi Ciotti ha sido amenazado de muerte por uno de los mafiosos más peligrosos del mundo, Totò Riina
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El padre Ciotti es una figura ‘incómoda’ para la mafia, comparable a Pino Puglisi. Tan incómoda que, como dijo el capo Totò Riina, detenido en la cárcel de la Ópera, “podríamos incluso matarlo”. Si bien estas amenazas no se han concretado, son muy “significativas” para el padre Ciotti. Porque, dice, no se dirigen a él directamente, sino a todas las personas que en veinte años de la existencia de “Libera” se han comprometido por la justicia y la dignidad de nuestro país”. (Huffingtonpost, 31 agosto)
Libera coordina más de 1.500 asociaciones, grupos, escuelas y sindicatos en la lucha contra la corrupción y la usura y, sobre todo, gestiona algunos bienes sustraídos a la mafia, creando cooperativas, trabajos y cultura de la legalidad. Y este es el aspecto que más molesta al capo de Palermo: una “Iglesia que interfiere”.
Fidelidad al Evangelio
No se rinde a las amenazas de muerte de ‘Cosa Nostra’, el padre Luigi Ciotti. Sigue su marcha y afirma: “Para mí el compromiso contra la mafia es siempre un acto de fidelidad al Evangelio”, a su denuncia de las injusticias, de los actos violentos, a estar del lado de las víctimas, de los pobres, de los marginados”. No se detiene en la lucha por la legalidad que el sacerdote, presidente de Libera, que dirige desde 1995, prosigue sin interrupciones, sin temores. Porque “las mafias conocen el peligro, saben que el peligro, además de venir por parte de la policía y de los jueces, viene de la rebelión de las conciencias” (Avvenire, 1 de septiembre)
Mafia incompatible con la Iglesia
Siempre “Por fidelidad al Evangelio”, el padre Luigi Ciotti promovió con el grupo “Abele” antes y después con “Libera”, un “recorrido de educación al bien contra toda forma de injusticia y de corrupción”. Así la presidencia de la CEI, en una nota, expresa su cercanía tras las amenazas sufridas por el padre Ciotti por parte del capo Totò Riina.
“La Iglesia italiana que, en estos años no ha dejado de levantar su voz para educar a la legalidad, confirma su cercanía y su estima por el padre Luigi, se lee de nuevo en la nota. En un momento en el que se le hace objeto de intimidaciones y, además, renueva la esperanza de que, siguiendo su ejemplo, transformen lugares y situaciones de violencia y de muerte, en contextos y acciones de vida nueva y de esperanza. De esta forma la Iglesia continua desarrollando su misión.
De hecho, como dijo Papa Francisco el pasado 21 de marzo: “¡Es una Iglesia que interfiere! denunciando sin dudar la incompatibilidad entre mafia y Evangelio: Y que no olvida que la denuncia seria, atenta, documentada y anuncio de salvación. También a costa de la propia vida. Como demostró el beato Puglisi y el padre Diana. Junto a tantos obispos y sacerdotes que, aunque en el anonimato, continúan trabajando por una sociedad más humana, según el Evangelio de Jesucristo” (Avvenire, 1 de septiembre).