Se llevó a cabo el encuentro de la región Centroamérica-México de Cáritas
El gran proyecto de Cáritas Internacional, que presiden el cardenal de Tegucigalpa Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, es lograr el objetivo de un mundo sin hambre, tal y como lanzó la campaña el Papa Francisco.
Dentro de ese marco, se ha celebrado en San Salvador, durante esta semana y como ha venido sucediendo cada cuatro años, el encuentro de la región Centroamérica-México (Camex) de Cáritas América Latina y El Caribe, en preparación del XVIII Congreso Latinoamericano de Cáritas a celebrarse en Colombia el próximo mes de octubre. El lema del encuentro fue “Con justicia y solidaridad, en la mesa cabemos todos”.
El padre Francisco (“Chico”) Hernández Rojas, coordinador de Cáritas América Latina y El Caribe, ha resumido el espíritu del encuentro celebrado en la capital salvadoreña con esta frase: “El mundo es una gran mesa de comensales donde no participan muchos, y de los que participan a una gran mayoría se le sirve muy poco en su plato”.
De lo particular a lo universal
En la entrevista concedida por el padre “Chico” al portal web de Cáritas América Latina y El Caribe, explica que “si bien en la región latinoamericana las problemáticas pueden ser muy parecidas, cada zona tiene diversas particularidades”.
Concatenado al tema alimentario, la región Camex concentró su atención en este encuentro regional en el tema migratorio; los temas extractivos, ambientales, de pobreza, “cuyos índices no disminuyen, y en el mejor de los casos se mantienen estables”, dijo el padre Hernández Rojas.
En ese sentido, los trabajos del encuentro arrancan a principios de esta semana con un Foro de Cambio Climático y Seguridad Alimentaria, en el que se pudo identificar los principales problemas regionales que después se presentarán en el Congreso de octubre que será en Medellín.
“Lo importante en este estilo de hacer las cosas es venir de lo particular a lo universal, tratando de no crear universalidades desde los escritorios; mirar desde lo local para ver qué globalidades distinguir, y tratar de transformar y potenciar elementos que nos ayuden a generar rostros más humanos”, explica el padre Chico.
“En general –dijo el coordinador de Cáritas América Latina y El Caribe– hay factores, como la desigualdad y la inequidad, tan universales que de alguna forma nos afectan en toda la región”.
La migración y la crisis humanitaria que ésta genera, fue el tema más importante debatido en el encuentro de Camex esta semana, con diversas variantes, también la violencia, la delincuencia o el narcotráfico, así como las oportunidades de los jóvenes en el mercado y la creciente influencia de las maras en territorio centroamericano.
El grave problema de la distribución
Los participantes en el encuentro de San Salvador reconocieron que en la región, como en todo el mundo se es capaz de producir suficientes alimentos, pero todavía hay millones de personas sufriendo hambre.
“Muchos de los que están en esa gran mesa comensal tienen muchísimo menos en el plato de lo que tienen otros. Esa realidad tan desigual, tan inequitativa, tan dura, en el siglo XXI, se ve afectada por cambios climáticos, por desequilibrios ambientales”, dijo en la entrevista el padre “Chico”.
El propio presbítero lamentó que la distribución del alimento sea uno de los factores que mayormente inciden en el hambre de millones de seres humanos.
“La distribución –dice– se realiza en torno a factores económicos de oferta y demanda y no a factores de cooperación solidaria. No es la solidaridad la que regula la distribución y los accesos a los alimentos; eso hace que nos demos cuenta de que en la gran mesa comensal del mundo no están entrando todos”.
Finalmente enfatiza que “da vergüenza, que en el siglo XXI, con toda la tecnología que tenemos, con el montón de satélites dándole la vuelta al planeta, no todos los humanos puedan comer dignamente”, y terminó recordando que “el mundo es una gran mesa de comensales donde no participan muchos, y de los que participan a una gran mayoría se le sirve muy poco en su plato”.