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Cardenal Urosa: Los sacerdotes no tenemos que buscar otros ‘amorcitos’

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Ramón Antonio Pérez - publicado el 27/08/14
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El arzobispo de Caracas al ordenar a cuatro jóvenes: “Sin sacerdotes no hay Eucaristía”
“Los sacerdotes estamos llamados a comunicar la vida de Dios al mundo a través de nuestra entrega personal y generosa; de nuestra entrega existencial viva, llena de amor a Jesucristo, al servicio del pueblo y de toda la humanidad”. De esta manera se expresó el cardenal Jorge Urosa Savino durante la eucaristía que presidió este domingo 24 de agosto, en la catedral metropolitana de Caracas, en la que confirió la ordenación a cuatro nuevos sacerdotes que consagraron su vida “al servicio de Dios y de los más necesitados” para trabajar en esta ciudad.
 
El arzobispo de Caracas estuvo acompañado del nuncio apostólico de Su Santidad en Venezuela, monseñor Aldo Giordano; sus obispos auxiliares Jesús González de Zarate, Tulio Luis Ramírez Padilla y José de la Trinidad Fernández, además del clero capitalino y una alegre feligresía que desde temprano abarrotó el templo símbolo de la catolicidad en Caracas.

Los cantos fueron amenizados por miembros de las comunidades neocatecumenales que hacen vida en la Parroquia “Santa Teresita del Niño Jesús” de Catia.

El presbítero Francisco José Morales Villegas, rector del seminario interdiocesano Santa Rosa de Lima, hizo la petición ante el arzobispo de Caracas para que ordenara sacerdotes a los diáconos: Jesús Marrero y Robín Zambrano; Jhon Miller Garnica y Jean Carlos López Orihuela quienes recibieron su formación sacerdotal en los seminarios Santa Rosa y Redemptoris Mater, respectivamente.

El rito contempló una intensa oración en la que los nuevos sacerdotes estuvieron postrados boca abajo en el piso de la catedral de Caracas, como acto de entrega y abandono total en Dios.

Terminadas las letanías y colocados de rodillas, el cardenal Urosa impuso sus manos sobre la cabeza de cada uno transmitiéndoles las facultades que Jesucristo delegó en los primeros doce Apóstoles, y que a través de la historia, la Iglesia católica ha venido repitiendo en los consagrados a Dios.

El purpurado les habló de sus responsabilidades como sacerdotes, y del necesario ejemplo de vida cristiana que deben llevar “imitando y haciendo como hizo y vivió Jesucristo”. Dijo que “todos los cristianos, pero de manera particular los obispos y los sacerdotes, estamos llamados a ser santos”.

Recordó de igual manera, en palabras de san Pablo: “el salario del pecado es la muerte (…) quebrantar la Ley de Dios y cometer el pecado no nos conduce a la felicidad”. Reiteró que la infidelidad conyugal, los vicios y la delincuencia, “no traen felicidad”.

El arzobispo de Caracas les recordó a los sacerdotes que cuando se consagran a Dios asumen una condición célibe para siempre.

“En este mundo moderno, erotizado, materialista y ahogado en los placeres, el sacerdote está obligado a ser célibe y casto como Jesús y como san Pablo (…) no tenemos por qué estar buscando otros amorcitos, o dejarnos llevar por una ilusión pasajera; tenemos que seguir siempre el Amor de Dios en nuestros corazones, y además, ser fieles a ese amor”, dijo.

El nuevo sacerdote, Jhon Miller, agradeció a Dios y a la Iglesia por esta ordenación que recibió junto a sus compañeros de formación y la cual les convierte en hombres de Dios.

Destacó la importancia de los apoyos que recibieron en las distintas parroquias donde trabajaron como evangelizadores y misioneros, así como el acompañamiento de otros sacerdotes y los profesores y demás formadores de los Seminarios, donde recibieron las orientaciones necesarias para este importante servicio.

Finalmente, cabe resaltar que Blanca Cecilia Abril y Juan de Dios Garnica, padres de Jhon Miller, junto al presbítero Rodulfo Muñoz, encabezaron una numerosa delegación que vino desde Zipaquirá, departamento de Cundinamarca-Colombia, hasta Caracas para acompañarlo en esta ceremonia. Al concluir la misa, los nuevos sacerdotes se fundieron en un solo abrazo junto a familiares, amigos y feligreses.

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