“Es un mundo en guerra”, afirmó el Papa Francisco el pasado 18 de agosto en el viaje de vuelta de Corea a Italia, y aludió a una “tercera guerra mundial por pedazos” sumando todos los conflictos del planeta. En este mosaico bélico encontramos la persecución contra niños, mujeres y ancianos sólo porque son diferentes o cristianos en Irak.
‘Detener al enemigo’ en Irak no significa que el Papa Francisco apruebe una guerra santa cristiana o una guerra justa contra las milicias del Estado Islámico y el Califato. En la Guerra del Golfo y los ataques del 11 de septiembre se pidió a Juan Pablo II que apoyara la guerra contra Al Qaeda y Sadam Husseim. San Juan Pablo II respondió en esa ocasión: “nunca más la guerra”.
El Papa Francisco pidió en septiembre de 2013 no bombardear Siria, proponiendo un diálogo para salir de la guerra: “Vence tus razones de muerte y abre al diálogo…y esto no se hace con el choque sino con el encuentro”.
“En el Papa Francisco pulsa la experiencia histórica de la Iglesia en el novecientos: las guerras convulsionan el mundo más allá de las intenciones de quienes las combaten”, aseguró Andrea Riccardi, historiador, en la páginas de este lunes del periódico italiano Il Corriere della Sera. La cultura del encuentro que profesa Francisco está dirigida a la comunidad internacional para detener al agresor.
En la misiva firmada el 9 de agosto y dirigida a Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, el Papa Francisco reiteró su llamado “urgente” a la comunidad internacional a intervenir para poner fin a la actual tragedia humanitaria y pidió a “todos los órganos” de la ONU responsables de la seguridad, la paz y el derecho humanitario y la asistencia a los refugiados, que continúen sus esfuerzos” en conformidad con la Carta firmada por las naciones.
Al respecto, el Papa se pregunta hasta dónde está llegando el nivel de crueldad de la guerra. “Hoy los niños no cuentan”, ni siquiera en una llamada guerra convencional, ya de por sí reprochable como cualquier forma de violencia. El Pontífice remarcó cómo hoy las bombas matan inocentes junto a culpables. “El nivel de crueldad de la humanidad en este momento da miedo”, confirmó.
La tortura y la crueldad son el contraste de un panorama infernal que además se mezcla con el fanatismo religioso y el uso de la violencia con fines políticos. El cardenal Fernando Filoni, enviado especial del Papa en Irak denunció que si no se actúa de inmediato, habrá un genocidio en Irak (cfr. 20.08.2014 Aleteia)
Por su parte, la comunidad Internacional está mirando por encima del hombro lo que pasa mientras el sufrimiento de la población tiene rostros concretos: mujeres, niños y ancianos abandonados a su suerte. Así lo confirmó el cardenal Filoni que visitó el norte de Irak (del 12 al 20 agosto), además llevando fondos para la ayuda humanitaria a los refugiados. Según la Catholic News Agency, la donación del Papa ha sido de 1 millón de dólares para repartir entre las comunidades católicas y yazidíes.
¿Dónde están los líderes musulmanes? En esta cultura del encuentro hay responsabilidades y verdades sin pelos en la lengua. El Papa Bergoglio, a través del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso agradeció a los líderes musulmanes que denuncian estas injusticias. Y fue mucho más allá pidiendo que se reniegue de las personas o grupos que usan la religión para financiar y alimentar el terrorismo.
Por ahora, el arma más potente del Papa Francisco es la oración y un llamado a las conciencias. El efecto Francisco también mueve Internet. La solidaridad por los cristianos martirizados en Irak trasciende las redes. La campaña de citizengo.org Cristianos en Irak o te vas o te matan ha recaudado más de 256.000 firmas para pedir un alto al conflicto, y el objetivo es llegar a medio millón.
Asimismo, este martes, personas de todo el mundo están llamadas por el obispo auxiliar de Bagdad, monseñor Saad Sirop Hanna, a rezar en las iglesias media hora por Irak y publicar en las redes fotos de este momento de oración con el hastag #PrayForIrak.
Hoy celebramos a...