El obispo de Apatzingán pide respeto a los templos y a los ciudadanos
Las denuncias realizadas por el obispo de Apatzingán, monseñor Miguel Patiño Velázquez, que no se circunscriben al deterioro del tejido social de la región de Tierra Caliente, en el Estado mexicano de Michoacán, le han valido incluso amenazas en contra de su vida por parte de los grupos de delincuentes que en esta entidad operan, y también tocan ahora a las fuerzas de seguridad federales y estatales.
Se hizo pública esta semana una carta enviada por el propio obispo Patiño Velázquez al secretario de Gobernación (ministro del Interior) de México, Miguel Ángel Osorio Chong, en la que le pide respeto para los templos, lugares de reuniones pastorales y residencias parroquiales, así como respeto absoluto a los derechos de los ciudadanos, sus hogares y sus pertenencias.
Arrancar información con amenazas
En su carta, monseñor Patiño Velázquez -misma de la que marca copia para el gobernador y el secretario de Gobierno de Michoacán, Salvador Jara Guerrero y Jaime Darío Oseguera Méndez- recuerda que lo mismo ha ocurrido en la parroquia de Las Cruces y el Templo del Perpetuo Socorro en Apatzingán, el primero de agosto de 2009, y que en aquella ocasión se dijo, a través de la prensa, que “ningún templo sería refugio de criminales”, en lo que, dice, está totalmente de acuerdo.
“No estamos en contra de los operativos de investigación y persecución contra los delincuentes, sólo exigimos que se realicen en la debida forma, con estricto apego a la ley. La Iglesia diocesana de Apatzingán está trabajando a favor del restablecimiento de la confianza del pueblo en las autoridades; pero atropellos como los denunciados no sólo dificultan esta labor a favor de la unidad y la paz, sino que la desacreditan definitivamente, además de ofender y herir los sentimientos religiosos de la comunidad”, dice en el párrafo central de su misiva monseñor Patiño Velázquez.
Finalmente, termina diciendo que “nada justifica este tipo de acciones, alardes de autoritarismo prepotente, violento y agresivo, y menos en este momento en que nuestro país es señalado como inseguro y violento”, y junto con la comunidad católica de esta sufrida porción de México, pidió que el Gobierno respete su “compromiso de servir y proteger a la comunidad, de conformidad con las disposiciones constitucionales y con estricta observancia y respeto a los derechos fundamentales de los mexicanos”.