El presidente del Patronato de la Divina Misericordia abre en Bogotá el III WACOM
"Quiero consagrar al mundo a la Misericordia Divina. Lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la Tierra y llene su corazón de esperanza; que este mensaje se difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo". Recordado estas palabras que dirigió san Juan Pablo II en agosto de 2002 al consagrar el Santuario de la Divina Misericordia de Cracovia, Polonia, el cardenal Christoph Schönnborn, arzobispo de Viena y presidente del Patronato de la Divina Misericordia, dio apertura en la mañana de este viertes 15 de agosto al III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (WACOM III, por sus siglas en inglés), que se celebra en Bogotá, Colombia, hasta el próximo martes 19 de agosto.
Durante su intervención, donde abordó el tema "La Misericordia Divina, nuestra misión", el purpurado enfatizó que "únicamente la misericordia de Dios pone fin al mal", añadiendo que no puede haber misericordia sin tres aspectos: precio, verdad y testimonio.
Al profundizar en el primer punto, el cardenal Schönnborn dijo que no puede haber misericordia sin que se pague un precio: "lo que se deja pasar es el alto precio que se tiene que pagar por la misericordia", ya que -como explicó-, al hombre le cuesta entender cuando se actúa con misericordia, y un ejemplo de ello es la parábola del Hijo Pródigo.
Luego, al referirse al segundo aspecto, dijo que "no hay verdad sin misericordia". En este sentido recordó las palabras de Jesús cuando dice "la verdad os hará libres", para recordar que "una misericordia que oculta o calla la justicia, no es auténtica misericordia (…); al contrario, es una obra de misericordia decir la verdad, sacarla a la luz, pero no a la luz exponiendo al otro a la vergüenza pública, con humillación". En este sentido expresó: "¡Cuánto mal se hace con la difamación!".
De acuerdo con el cardenal, la verdadera misericordia se halla en aquellas palabras que dijo Jesús a la samaritana: "Yo no te condeno". "Palabras que -según el purpurado- abren el corazón" y hacen real la experiencia de la misericordia. "Sin la verdad sobre nuestra vida, la misericordia de Jesús no puede tocar", agregó.
Finalmente, al abordar el tercer punto, el arzobispo de Viena aseguró que sólo a través de la misericordia divina se puede experimentar el perdón, y que para ello "necesitamos tanto los testimonios. Es entender lo que dice Jesús: ‘misericordia quiero y no sacrificio, no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores’".
Al concluir su intervención, el presidente del Patronato de la Divina Misericordia deseó a los participantes del Congreso que el evento sea una oportunidad y una gracia que permita a todos "ser testigos, y experimentar en su propia vida, de la riqueza de la Misericordia de Dios".
El III Congreso Apostólico Mundial de la Divina Misericordia, que reúne a centenas de peregrinos procedentes de diversas partes del mundo en torno al apostolado de la misericordia, cuenta además con la presencia del cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago de Chile, quien participa en representación del Santo Padre Francisco; y el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, quien en la mañana de este viernes 15 dio el saludo de bienvenida a los participantes del WACOM III.
También están presentes monseñor Domenico Cancian, de la diócesis de Città di Castelo, en representación de la Conferencia Episcopal Italiana, y monseñor Ettore Balestrero, nuncio apostólico en Colombia, entre otros invitados.
Por Sonia Trujillo
Artículo originalmente publicado por Gaudium Press