Así la Yihad enrola a niños y adolescentes para combatir contra Occidente
La Yihad es una de las puertas al Paraíso, que Alá ha abierto para sus amigos más importantes, recita el Sermón 27. Esta es una de las primeras enseñanzas del Islam que se inculca a los "niños de la guerra santa", los hijos de los fanáticos son instruidos desde pequeños para transformar su futuro en un pensamiento fijo: derrotar a Occidente y dar vida al Estado Islámico.
El drama de los niños yihadistas ha explotado estos niños en los medios de comunicación de todo el mundo, las imágenes de pequeños sosteniendo en las manos las cabezas decapitadas de “infieles” muertos o sufriendo el adoctrinamiento incesante de sus familiares.
En la "guerra santa", escribe el diario italiano La Repubblica, (14 agosto) los niños son auténticos “conejillos de indias” para el martirio de los extremistas islámicos y pilares humanos del futuro Califato, como auguran los yihadistas del ISIL. El surgimiento del ISIL, acusado de locura genocida contra los yazidíes, está aterrorizando al mundo. Y cada día salen a la luz detalles escalofriantes de la ideología de este movimiento fundamentalista, como el adoctrinamiento de los menores de 18 años.
En un video de Vice (8 agosto: lo traemos en inglés, pero las imágenes son elocuentes de por sí) un yihadista de la ciudad de Raqqa (Siria Septentrional) recuerda que el hijo adoptivo de Mahoma “mandaba un ejército a los 17 años” contra los romanos. Pero el Estado Islámico enrola niños no sólo para luchar, sino sobre todo para formar a la nueva, granítica generación del "futuro Califato": “Serán ellos los protagonistas del Estado Islámico”, dice otro miliciano al periodista de Vice.
La mayor parte de los niños crecidos a la sombra del califa Baghdadi tienen entre 14 y 17 años, pero hay también niños pequeños, como el australiano inmortalizado con la cabeza de un militar de Assad en la mano, al que el padre Khaled Sharrouf ha cambiado la escuela por la trinchera yihadista de Raqqa.
En los videos de Vice, que están dando la vuelta al mundo, hay testimonios escalofriantes. “Tengo 9 años, formo parte del Estado Islámico, estoy yendo al campo de adiestramiento para aprender a usar el fusil Kalashnikov y combatir a los rusos, a América, a los infieles” cuenta un niño saliendo de las aguas del Eufrates, el río a lo largo del cual los locos de Dios han implantado su reino, a caballo entre Siria e Irak.
Otro niño, con orgullo, afirma: “Empecé a combatir a los 13 años, ahora tengo 15 y sigo haciéndolo”. Este "pequeño killer" ha pasado de los qaedistas de al Nusra al ISIL. Habla con desapego, como si lo suyo no fuera relevante: “Cuando estaba con Nusra había 7 muyaidines menores de 18 años, con los otros hay 15 o 20 en una milicia de 40 personas. Participé en la ofensiva y en las operaciones de defensa. Mi primera batalla fue en la zona de Aleppo, pusimos minas en un edificio militar”.
Lo que impresiona es que los chicos actúan con frialdad y profesionalidad: pequeños monstruos que se convierten en una pesadilla para los adultos. Pero no existe sólo la generación califato: en el mundo hay unos 300.000 pequeños. La clave quizás la da uno de los combatientes, en este segundo video: Para mí la familia no tiene importancia, lo importante es construir el Estado Islámico.