A los misioneros no preocupan los costos de la repatriación sino la situación en que quedan los afectadosLa lógica de Dios no es la lógica de los hombres y la lógica de los misioneros dista mucho de la lógica informativa, de la lógica política o de la lógica económica. En España se está viviendo, con el caso de la repatriación de Miguel Pajares, un caso claro de la gran diferencia en la manera de pensar que tienen los misioneros y la manera de pensar de una sociedad gravemente secularizada y alejada de los valores básicos de fraternidad y solidaridad.
Miguel Pajares es un religioso de la Orden de San Juan de Dios. Lleva 20 años en África y desde el año 2008 realiza su labor en Monrovia, en el Hospital de San José. Desde hace meses el Ébola causa estragos en aquella zona de África, pero esto no ha sido noticia en España. A los grandes medios no les interesa la labor de Miguel, ni la de otros religiosos en Sierra Leona y en zonas de conflicto como República CentroAfricana. Él llevaba semanas explicando, mediante el correo electrónico (ventana al mundo de los misioneros) la situación que estaban viviendo, pero ha sido esta semana cuando Miguel Pajares ha pasado a primer plano.
Durante semanas, Miguel y las religiosas han estado atendiendo al director del Hospital hasta su fallecimiento. Lo atendían pensando que no era Ébola, ya que no tuvieron acceso a las pruebas para diagnosticarlo. Como consecuencia de estos cuidados Miguel y las Misioneras de la Inmaculada Concepción: Catherine, Chantal y Paciencia han contraído la enfermedad.
De repente saltó la noticia, una macabra “serpiente de verano” que ha llenado las informaciones de este mes de agosto. La petición de la Orden de San Juan de Dios de su repatriación hacia España llegaba a todos los periódicos. De repente el Ebola y Liberia se convirtieron en preocupación nacional: “El Ébola llega a España” e incluso han sido algunos “desalmados” los que en seguida han planteado lo acertado de esta repatriación o quién debería pagar los costos.
¿Cómo se puede hablar de costos ante personas que dan su vida por los demás? ¿Cómo se puede dudar de una posible epidemiología ante quienes van a pecho descubierto a ayudar a los necesitados y los olvidados?
Esta mañana, durante la rueda de prensa de la Orden de San Juan de Dios, José María Viadero ha vuelto a demostrar que los misioneros viven con una lógica distinta: la lógica de Dios: “¿Y qué va a ser de esta gente ahora?”, se preguntaba ante la situación de las religiosas que han quedado en Liberia. No les importan los costos: “Asumiremos los gatos y responsabilidades que tengamos que asumir”.
Miguel Pajares se encuentra en el Hospital Carlos III de Madrid pero su mente sigue con Catherine, Chantal y Paciencia: “Queremos que tengan lo mejor” explican desde la Orden, cuya prioridad absoluta es organizar un dispositivo sanitario en el Hospital San José de Monrovia para poder atender adecuadamente a las personas que se han quedado allí.
La noticia seguirá en España durante días, puede que semanas, el tiempo que tarde Miguel Pajares en tener una buena recuperación o el tiempo que tarde en dilucidarse quien paga los gastos de la repatriación. Pasada la “serpiente de verano”: ¿Quién se acordará entonces de Catherine, Chantal y Paciencia? ¿Quién se acordará de los miles de afectados por el Ébola en África?