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¿Se puede cantar el Padrenuestro en la Misa?

Catholics praying at Mass – es

© P.RAZZO/CIRIC

Henry Vargas Holguín - publicado el 03/08/14

Respondemos a una consulta de una lectora de Aleteia

El canto y la música son de vital importancia en cualquier fiesta y celebración; y no menos en las celebraciones eclesiales. Una celebración, especialmente una eucaristía, sin canto se podría comparar fácilmente con un día lleno de niebla; es de día, pero le falta algo para estar lleno de vida de luz y de color, para ser alegre. El canto, y el canto litúrgico, siempre se ha visto y, no solo por la Iglesia, como un tesoro de gran valor; y el canto, solo o acompañado por la música, será más santo cuanto más esté íntimamente unido o bien integrado a la acción litúrgica.

Por esta razón, los cantos que se escojan para la Eucaristía deben ser lo más idóneos a la celebración teniendo en cuenta el momento de la misa y el ciclo litúrgico, es decir en la misa y en las demás acciones litúrgicas cada canto tiene su sentido y su lugar. Los cantos, especialmente en la misa, no son un simple accesorio o adorno, para quedar bien o para que la celebración salga bonita, sino que son oración hecha música, es orar dos veces como dice San Agustín. San Agustín en su comentario sobre el Salmo 73, dijo: “Pues aquel que canta alabanzas, no solo alaba, sino que también alaba con alegría; aquel que canta alabanzas, no solo canta, sino que también ama a quien le canta. En la alabanza hay una proclamación de reconocimiento, en la canción del amante hay amor”.

El canto litúrgico sirve pues para expresar todo tipo de oración: de liberación, de sanación, de reconciliación, de alabanza, de perdón y de petición. Y los textos destinados al canto deben estar de acuerdo a la doctrina católica, es decir, aprobados por la conferencia episcopal del país. Dicha aprobación garantiza que los cantos son tomados principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas; pues se han presentado abusos de cantar en la misa canciones románticas y sobre todo en los funerales.

No se debería cantar cualquier canto en cualquier momento de la misa. De consecuencia nadie puede cambiar la liturgia quitándole o añadiéndole alguna cosa por iniciativa propia, aunque sea el mismo sacerdote celebrante. En el Sínodo de la Eucaristía del año 2005 en el documento final, en su número 25 dice: “Al igual que todas las expresiones artísticas, también el canto deber estar en íntima armonía con la liturgia, contribuir eficazmente a su fin, o sea que debe expresar la fe, la oración, la maravilla, el amor por Jesús presente en la Eucaristía”. Por lo tanto es importante estar evangelizado para poder entender el sentido de cada momento y así preparar el canto.

Se recomienda a sacerdotes y fieles que antes de empezar la Celebración Eucarística se puedan reunir para escoger los cantos más apropiados, para ensayar y/o aprender cánticos nuevos. Incluso es una oportunidad para crear un clima de oración en la transición de la calle a la misa. Esto les posibilita como asamblea, participar con fruto y formar una verdadera comunidad.

La improvisación empobrece nuestra posibilidad de alabar al Señor, dando la sensación de que Dios y la misa no son importantes. Para que el canto y la música tengan en la celebración de la comunidad el lugar que les corresponde, es necesaria una buena preparación litúrgica y musical de quienes componen el coro, y que éste sea siempre un servidor de la asamblea, no para crear espectáculo quitándole al Señor y a la oración su protagonismo y lugar central.

¿El Padrenuestro cantado?

Antes que todo es muy importante acentuar que antes de recitar o cantar el Padrenuestro el sacerdote dice a los feligreses: “Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, NOS ATREVEMOS a decir…”. ¿Qué se quiere decir con esto? Que esta oración (recitada o cantada) se ha de hacer con máximo respeto, decoro, solemnidad. Nos obliga a revisar en profundidad nuestra situación delante de Dios y de los hombres. Por lo mismo debemos hacerlo con mucha devoción.

Los cantos de la misa -de acuerdo a la instrucción Musicam Sacram se dividen en tres grupos:

 1. Primer grado (las acciones que corresponden al pueblo como aclamaciones y respuestas al celebrante "Te alabamos, Señor", "Amén", "Anunciamos tu muerte…" y los himnos "Sanctus", "Padrenuestro".

2. Segundo grado (Kyrie, Gloria, Agnus Dei, Credo, Oración de los fieles)

3. Tercer grado (Cantos de entrada, comunión, ofertorio, Aleluya antes del Evangelio, lecturas si fueran cantadas).

Visto esto, el “Padrenuestro” se puede cantar, es opcional y es un canto de primer grado. Por tanto el Padrenuestro no sólo se puede cantar, sino que, correspondiendo al primer grado, es de los cantos que más debiéramos hacer. En muchos lugares se acostumbra a cantar el padre nuestro.

En la instrucción "MUSICAM SACRAM" de la sagrada congregación de ritos y del consilium sobre la música en la sagrada liturgia, del Papa Pablo Vi dice en el numero 35: “El Padrenuestro está bien que lo diga el pueblo juntamente con el sacerdote. Si se canta en latín, empléense las melodías oficiales ya existentes; pero si se canta en lengua vernácula, las melodías debe aprobarlas la autoridad territorial competente”.

La melodía para cantar el Padrenuestro nunca debe de ser tan escandalosa como para perder la intención que es orar.

La gente duda: ¿Se puede o no se puede cantar el padrenuestro? Y se lo pregunta porque no se le oye frecuentemente. ¿Por qué? Por abusos, lamentablemente es así. En muchos casos se deforma y se malinterpreta. En Latinoamérica, sobre todo, es frecuente oír Padrenuestros con más palabras de la cuenta, con menos palabras y hasta con otras palabras. ¿Un ejemplo? Recuerdo aquel canto que dice: “Padre Nuestro tú que estás en los que aman la verdad". Pero, ¿por qué vamos a cambiar las palabras de Cristo? Es por esto que los sacerdotes toman el camino más seguro que es recitar el Padrenuestro.

Por lo tanto cuando cantemos el padrenuestro es importantísimo que se conserve intacto el texto y en eso es en lo que más se falla. Otra cosa es la música que acompaña el canto, que tiene que ser realmente música sacra y no cualquier música por ejemplo a ritmo de salsa o cumbia o música adaptada de canciones comerciales.

Otro documento a tener en cuenta es La instrucción general del Misal Romano el cual dice que: “En la Oración del Señor se pide el pan de cada día, que para los cristianos indica principalmente el pan eucarístico, y se implora la purificación de los pecados, de modo que, en realidad, las cosas santas se den a los santos. El sacerdote hace la invitación a la oración y todos los fieles, juntamente con el sacerdote, dicen la oración. El sacerdote solo añade el embolismo, que el pueblo concluye con la doxología. El embolismo que desarrolla la última petición de la Oración del Señor pide con ardor, para toda la comunidad de los fieles, la liberación del poder del mal. La invitación, la oración misma, el embolismo y la doxología con la que el pueblo concluye lo anterior, se cantan o se dicen en voz alta. IGMR, 81. En resumidas cuentas el Padrenuestro sí se puede cantar; es más se debe cantar la oración del Padrenuestro, pero como mencionaba antes el problema es que se han usado versiones que no se parecen en nada a la oración que Jesús, nuestro divino maestro nos enseñó.

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