Primera invocación del Rey de España al Apóstol Santiago
Ha sido su primer invocación al Apóstol como Rey de España. Felipe VI realizó la tradicional ofrenda al Apóstol recordando a las víctimas del accidente de tren en Angrois, ocurrido hace ya un año y apelando a una España “constitucional, unida y diversa» donde «caben todos los sentimientos y sensibilidades”.
“El camino de Santiago es símbolo de fraternidad entre pueblos y personas del mundo entero, […] es respeto, comprensión, solidaridad, diálogo entre culturas y lenguas», afirmaba el Rey de España, que se mostró orgulloso de ser embajador de honor de la Ruta Jacobea.
Este primer acto público religioso del monarca desde que fue proclamado Rey de España ha estado presidido por el arzobispo de Compostela Julián Barrio que agradeció su presencia y pidió “la ayuda divina en el cumplimiento de su misión”.
Durante su intervención quiso mostrar el testimonio del Apostol Santiago: “transmitió la verdad del Evangelio hasta morir por ella” y la importancia del mensaje de la Iglesia: “La Iglesia apoya con la luz de la fe la razón para esta que no se vea reducida a una comprensión meramente funcional y corra el riesgo de generar una cultura que borra a Dios del horizonte posible del hombre”.
En su intervención destacó que la misión de la Iglesia esta lejos “de todo fundamentalismo irracional y arcaico” y mostró que, ”su aportación en actitud de oración y adoración es afirmar que Dios existe" y que "solo Él es absoluto, amor fiel e indeclinable, meta infinita que se trasluce detrás de todos los bienes, verdades y bellezas admirables de este mundo; admirables pero insuficientes para el corazón del hombre”.
Monseñor Julián Barrio también tuvo palabras para aquellos que sufren, “a los que ven herida su dignidad por tantas dolencias físicas, espirituales, psicológicas y morales”, por los que pidió “ser sensibles al dolor y al sufrimiento de los más vulnerables es dar razón de nuestra esperanza cristiana, poniendo nuestra vida en juego para gloria de Dios y servicio de los hombres”.
“La fe que hemos de purificar constantemente, requiere valentía por parte del creyente y "es un abrazo lleno de realismo a todos los hombres, un acontecimiento que no puede ser reducido a una militancia o a una ideología socio política", explicó el arzobispo de Santiago, que puso como ejemplo del compromiso cristiano al buen samaritano.