Van 192 traficantes de personas detenidos, junto con sus cómplices
El coyote es una especie de perro salvaje que suele habitar en las zonas semidesérticas, que actúa en manada y casi siempre por la noche, a escondidas. Animal elusivo y montaraz, sus incursiones furtivas y su capacidad de ataque lo han hecho muy poco popular en la población del centro y norte de México y del sur de Estados Unidos.
La voz popular ha bautizado como “coyotes” (también se les dice “polleros”, porque llevan a las personas como pollos encerrados en pequeños compartimentos de una camioneta o de un coche) a los traficantes de personas, bandas que actúan en conjunto para “pasar” la frontera y dejar “del otro lado” a sus “clientes”.
Dependiendo de dónde vengan y su capacidad de explotación, por cada “paso” pueden cobrar hasta 10 mil dólares. Y son constantes sus abusos, vejaciones, extorsiones, violaciones y la insensibilidad con la que actúan estas bandas criminales, en ocasiones también unidas al trasiego de droga.
Por ese motivo, se les llama “coyotes”, apelativo que ha trascendido a todos los ámbitos de la crisis humanitaria desatada por el aumento de niñas, niños y adolescentes migrantes –sobre todo centroamericanos—a Estados Unidos, mismo que ya alcanza los 57 mil infantes hasta el cierre de esta edición.
Atacar y desmantelar a los traficantes
En Washington, ayer el secretario de Seguridad Nacional Jeh Johnson, quien también fue delegado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama para hacerse cargo de la crisis de los menores migrantes, informó que desde la puesta en marcha de la llamada “Operación Coyote”, el pasado 23 de junio, han sido arrestados un total de 192 traficantes de personas y sus cómplices –bajo cargos criminales–, a la vez que se han incautado 625 mil dólares relacionados con este “negocio”.
Este plan, que tenía por objetivo atacar y desmantelar las operaciones de contrabando de personas a través de la frontera suroeste del país, ha facilitado la detención de 501 inmigrantes indocumentados por parte del Servicio de Inmigración y Aduanas y la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional.
"Hemos seguido insistiendo en que nuestras fronteras no están abiertas a la inmigración irregular y que si entran de esta forma en Estados Unidos serán enviados de vuelta", señaló Johnson, quien añadió que aquellos que se aprovechen de los inmigrantes para obtener ganancias financieras serán "arrestados y enjuiciados".
En este punto, ha destacado el trabajo desarrollado de forma conjunta con los socios en México y Centroamérica para seguir e interceptar el dinero que fluye en torno a estos delitos. "Se seguirá dando prioridad a los casos de contrabando o de transporte de personas en situación irregular, incluidos los menores, en Estados Unidos", terminó diciendo el comunicado.