Obama llama a sus homólogos de la región a discutir el tema de los niños migrantes el próximo 25 de julio
Es público y notorio que la intervención, tanto económica como militar, de Estados Unidos en América Central no ha sido la más afortunada. Las compañías estadounidenses han invertido poco y se han llevado mucho, mientras que el apoyo a regímenes de corte militar han dejado a la región dividida y depauperada.
Una de las causas de la migración de niñas, niños y adolescentes a Estados Unidos –al lado de la violencia y la falta de educación—es la pobreza en la que se encuentran millones de centroamericanos, que no dudan en emprender un peligrosísimo viaje por México para llegar a la frontera de Estados Unidos y, una vez ahí, buscar mejores oportunidades de trabajo.
Detener el flujo a como de lugar
Pero hay ya 57 mil niños que han llegado a Estados Unidos en este año fiscal (que comenzó el 1 de octubre de 2013) y la crisis humanitaria se ha extendido por todo el mundo, unos culpando a Estados Unidos, otros culpando a los países del triángulo del norte centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras). Lo cierto es que los flujos migratorios no se detienen y que, como región, se tiene que hacer algo de inmediato.
Es la lógica que hay detrás de la convocatoria que ha hecho el presidente de Estados Unidos –Barack Obama—para reunirse el próximo 25 de julio con los presidente de Honduras, El Salvador y Guatemala y discutir con ellos “sobre los esfuerzos necesarios para detener la oleada de menores centroamericanos no acompañados que han entrado de forma irregular a Estados Unidos a través de la frontera sur del país en los últimos meses”.
Estos 57 mil menores de edad son el último producto de una cadena de errores y de corrupción que campea por sus respetos en todos los países involucrados. Obama ha llamado a reunión de emergencia a los presidentes Otto Pérez Molina (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Salvador Sánchez Ceren (El Salvador), con el propósito de que le apoyen en la campaña de disuasión que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos en estos tres países, pidiendo que los niños “se queden en casa”.
El mandatario estadounidense y los líderes centroamericanos "discutirán cómo reforzar nuestra colaboración en curso para detener el flujo de inmigrantes indocumentados", según ha explicado la Casa Blanca, a través de un comunicado que publica el diario ‘The Washington Post’. También discutirán formas de fomentar el desarrollo, el crecimiento económico y la seguridad en la región.
Las deportaciones continúan
Mientras esto sucede, un segundo vuelo con 35 menores y 31 adultos deportados llegó a Honduras desde el estado de Texas, en Estados Unidos, continuando de esta forma con el plan previsto por el gobierno estadounidense mismo que ejecuta el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
Ana García de Hernández, esposa del presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, quien ha seguido de cerca este proceso, dijo a la prensa hondureña que la situación de las mujeres deportadas y sus hijos "será seguida por organizaciones de protección a la familia, las iglesias católica y evangélicas, así como el gobierno de Honduras".
En este segundo vuelo a Honduras (el primero salió de Nuevo México), fletado por Estados Unidos, llegaron a ese país centroamericano 31 mujeres, 19 niños, 14 niñas y dos adolescentes. García de Hernández insistió, durante la recepción que hizo de los deportados hondureños en el aeropuerto de Tegucigalpa, en que se trata de "madres de familia que vienen con mucha tristeza, acongojadas, preocupadas, endeudadas en su mayoría".
El Salvador responde con una campaña
Por su parte, el gobierno de El Salvador lanzó ya una campaña audiovisual con el objetivo de frenar la inmigración protagonizada por menores de edad, que se juegan la vida atravesando México para alcanzar la frontera con Estados Unidos. A través de varios vídeos la campaña busca hacer conciencia, principalmente a los padres de familia, sobre los riesgos a los que se enfrentan los niños migrando.
Bajo el lema “No pongas en riesgo sus vidas”, las autoridades salvadoreñas están en la busca de disuadir a sus connacionales de que los menores hagan el viaje a Estados Unidos tal y como explica el portal web Elsalvador.com. Los ministerios de Relaciones Exteriores y de Educación han sido los encargados de implementar esta campaña, que será reproducida en iglesias y escuelas, especialmente en zonas con mayor índice de casos.
El ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, dijo, al presentar la campaña, que El Salvador es el tercer país con mayor número de niños migrantes en Centroamérica y que esto debe detenerse ya.