Pide a los republicanos que no aviven el pánico contra los migrantes: militarizar la frontera no es la solución
El prestigioso diario The New York Times en un editorial del pasado fin de semana ha entrado de lleno al debate entre republicanos y demócratas sobre lo que debe hacerse frente al flujo de niños centroamericanos que están llegando solos a Estados Unidos. Desde luego, la postura del periódico neoyorquino es favorable al presidente Barack Obama.
El editorial comienza con un par de líneas que no dejan lugar a dudas: “Hay un camino razonable para enfrentar el flujo de niños centroamericanos en la frontera sur, y la Casa Blanca lo está enfrentando bastante bien”.
¿Qué es lo que está haciendo bien? “Le ha pedido al Congreso 3.7 billones (miles de millones de dólares) en fondos de emergencia para pagarle a más jueces migratorios, para asistencia legal a niños y a sus padres, y para dar cuidado y ayuda a miles de niños en refugios tanto en Texas como en cualquier otro lugar”.
Ciertamente, el dinero que pide la administración Obama al Congreso es para esos objetivos, pero también para aumentarle el presupuesto a la Patrulla Fronteriza y para tener procesos más rápidos de deportación de adultos con niños, repatriar migrantes y afrontar las causas que están haciendo que el éxodo se produzca en El Salvador, Guatemala y Honduras. También para generar una campaña que urja a los padres a mantener a sus hijos en casa.
Más abogados y menos drones
Para el periódico de más tradición (liberal) en los Estados Unidos, el pedido multimillonario de Obama “podría ser un buen paso para atajar el problema si se piensa que incluye mucho más dinero para abogados migratorios y ayuda humanitaria y menos para agentes y drones (aviones no tripulados) en la frontera”.
De hecho, incluso los críticos de Obama (republicanos) han demandado más abogados migratorios en la frontera como método para acelerar las deportaciones y evitar que el país se haga carga de miles de niños centroamericanos.
Los republicanos, según el editorial de The New York Times, en lugar de apoyar el paquete de acciones en la frontera, están poniendo piedras en el camino. “Algunos están pidiendo acciones que podrían hacer que la situación empeorara”.
Incluso están queriendo echar atrás una ley firmada en 2008 por el presidente George W. Bush que les daba protección humanitaria a niños migrantes viajando solos de países no contiguos (México o Canadá). Esa ley fue elaborada para proteger muertes de inocentes, dice el diario, “quitarles protecciones podría generar una tragedia”, y eso es lo que “debería dejar en claro el presidente Obama".
Pero, para el diario neoyorquino, “desafortunadamente (Obama), envió una señal equivocada en la visita que hizo la semana pasada a Texas. Ahí combinó la ley de asignaciones de emergencia – una tarea urgente e inmediata – con una solicitud por separado para dar el secretario de Seguridad Interna más "flexibilidad" en la ley de 2008.
"Parte de lo que estamos buscando en el presupuesto suplementario, dijo Obama, es una cierta flexibilidad en términos de ser capaz de preservar los derechos de debido proceso de las personas que vienen, pero, también, para asegurarnos de que estamos enviando un fuerte señal: ellos (los migrantes) no pueden, simplemente, llegar a la frontera y automáticamente asumir que van a ser absorbidos (por Estados Unidos)”.
El editorial dice, sobre este tema: “Cuidado con esa palabra (flexibilidad). La flexibilidad y el debido proceso no van bien juntos. No con los tribunales de inmigración, ampliamente insuficientes, y no en medio de una catástrofe de los refugiados (de Centroamérica): los niños huyen para salvar sus vidas de las pandillas violentas”.
¿Son niños inmigrantes o refugiados de la violencia?
Un artículo anterior en este mismo diario, firmado por Francisco Robles, retrata la crisis de una manera escalofriante. En El Salvador, los asesinatos de niños menores de 17 años de edad están 77 por ciento arriba de lo que estaban el año pasado. Más de 2 mil niños de San Pedro Sula –la ciudad con la tasa de homicidios más alta en el mundo—han llegado a Estados Unidos de enero a mayo de este año, muchos más que de cualquiera otra ciudad de América Central.
Tras describir el horror que viven muchos niños con las pandillas y las maras en Honduras, el editorial refiere que los legisladores que podrían cortar apoyos legales para enviar a más niños de nuevo a tal peligro, están mostrando "una ceguera atroz a la tragedia humanitaria".
“Pero la ceguera a las consecuencias no deseadas es un sello distintivo de la política de inmigración. Décadas de militarizar la frontera —y sin reformas de visado para mejorar el flujo de inmigrantes legales– han hecho que (…) los inmigrantes que hubieran estado dispuestas a trabajar aquí y volver a casa, sean inducidos a quedarse. Ellos echan raíces y quieren traer a su familia”.
“Los republicanos están alimentando el ciclo, avivando pánico sobre una frontera bajo asalto, incluso hasta el punto de exigir que Obama llame a la Guardia Nacional”, dice The New York Times, y agrega que ya hay muchos manifestantes antiinmigración (como los de Murrieta, California) que están siendo instigados incluso a tomar las armas.
Termina diciendo el editorial que los cruces fronterizos ilegales han disminuido y que la “frontera sitiada es un mito y la llegada de unos pocos miles de niños refugiados, cansados en los autobuses, no hace que el mito se convierta en una verdad”.