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Siria: Depresión y agresividad en los niños que huyen de la guerra

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 11/07/14
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En los campamentos de refugiados “los niños se consideran en una cárcel, sin libertad” testimonio de Caritas, Jordania
¿Cómo viven los niños en los campos de refugiados? Aleteia ha hablado con Suhad Zarafili, Responsable de Migración y Refugiados de Caritas en Jordania sobre los efectos de la guerra en la vida de los niños y las niñas. Caritas colabora con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo UNRWA que cuenta con 10 campos de acogida en Jordania.
 
Es sabido que la Guerra golpea fuerte no importa la edad, tiene efectos negativos sobre el estado psicológico, social, económico y político difíciles de borrar en cualquier persona. “Sé que estos efectos permanecen por largo tiempo y pueden variar dependiendo del tipo de guerra y de país a país” aseguró Zarafili.
 
El Manual Diagnóstico y Estadístico de Salud Mental  de la ONU dice que las personas que huyen de la guerra sufren de estrés post-traumático. El impacto de la guerra en la vida de las personas les impide volver a adaptarse a la vida. Este estrés se manifiesta de diversas formas y grados.
 
Entre los síntomas más comunes: frustración, ansiedad, depresión y otras formas de neurosis. Además se alteran las funciones mentales como el recuerdo, la capacidad de concentración y la cognición (elaboración de información).
 
La responsable de Migración y Refugiados de Caritas en Jordania confirma que hay una gran cantidad de manuales y estudios que demuestran que los niños son los más vulnerables en una guerra y conviven con varios problemas:


Pesadillas y ataques de pánico;

Sufren trastornos de ansiedad y malestar;

Tienen miedo de voces, ruidos de avión, la imagen de soldados o ropa oscura;

La enuresis (no controlar la vejiga en la noche);

Trastornos en el comportamiento: agresividad, morderse las uñas, decir mentiras;

Problemas en el habla o pérdida de palabras;

Trastornos de la alimentación;

Los niños sufren de depresión, que está relacionada a no poder ver más su habitación y juguetes más queridos. Los niños muchas veces culpan a sus padres de lo que les sucede; 

Y se pierde la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones.

  

Todos estos síntomas dañan a los niños que están viviendo en medio de una guerra. Zarafili advierte que los síntomas cambian de niño a niño. Depende de cómo ellos reaccionan a los efectos de la guerra y como viven esta pesadilla en su vida diaria.

En general los niños pequeños que viven en los campamentos de refugiados sufren en diversos grados los síntomas antes mencionados. A pesar de encontrarse en un campamento con todos los servicios que se pueden dar, “los niños se consideran en una cárcel, sin libertad” aseguró la Responsable de Migración y Refugiados de Caritas en Jordania.
 
En cambio, los niños que tienen el servicio de comedor pero que permanecen con sus comunidades “parece que se adaptan mejor y más rápido que los niños en los campamentos”. 

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