En estos días se han publicado los resultados de una investigación sobre la actitud de poblaciones de varios países del mundo, muchos de ellos con amplia mayoría musulmana, hacia el fundamentalismo islámico. La investigación ha sido realizada por el Pew Research Center, prestigioso centro de investigación americano, entre el 10 de abril y el 25 de mayo, con una muestra de 14.200 personas de 14 países.
El temor a la escalada del fundamentalismo islámico – y la investigación se hizo antes de los últimos trágicos acontecimientos de Irak – pareció estar muy difundido también en los países de mayoría musulmana.
Los datos de la encuesta, que han sido publicados online, revelan que el miedo a los fundamentalistas no caracteriza sólo a los países occidentales o de mayoría cristiana.
Libaneses, tunecinos, egipcios, jordanos y turcos, poblaciones todas mayoritariamente musulmana, muestran una preocupación mayor de la manifestada el año pasado en una encuesta similar.
En el Líbano, país confinante con Siria, el 92 % de los entrevistados afirma estar preocupado por el extremismo islámico. El dato es un 11% superior al del año pasado, y es igual entre sunníes, chiíes y cristianos. También en Túnez y Egipto la preocupación afecta, respectivamente, entre el 80 y el 75% de los entrevistados. Asia no es una excepción con Bangladesh, Pakistán y Malasia, que muestran cifras entre el 69 y el 63 %.
Otros países de amplísima mayoría musulmana comparten el mismo miedo, aunque con porcentajes más moderados, pero siempre muy significativos. En Turquía, de hecho, el 50% se muestra preocupado, y en Indonesia, el 39%.
El problema está presente también en África, donde Nigeria revela una tasa de preocupación equivalente al 72 % de la muestra entrevistada. En el país africano, Boko Haram, la organización fundamentalista que ataca lugares de culto y que, desde hace meses, rapta a mujeres jóvenes, es temida por el 72 % de los entrevistados, y en general la población presenta muestras de gran preocupación por el futuro del país.
El parecer de la opinión pública hacia grupos caracterizados por el extremismo y el fundamentalismo, autores también de ataques terroristas, es altamente negativo con una participación igual de cristianos y musulmanes. Esto es compartido tanto respecto a Hamas y Hezbollah en el Líbano, como anteriormente dicho, Boko Haram en Nigeria, y también los talibanes y Al Qaeda en Pakistán.
La situación de Siria, sin duda, ha contribuido a marcar un fuerte aumento del temor hacia el fundamentalismo islámico en los países limítrofes, empezando por el Líbano, pero con claras consecuencias también en Jordania y Turquía. El 62 % de los jordanos se dice preocupado por el extremismo – con un aumento de 13 puntos respecto al 2012 – preocupación común a la mitad de los turcos, con un crecimiento del 18 % respecto de hace dos años.
Otros datos interesantes son los que se refieren a los palestinos. Entre ellos, sólo el 46 % considera justificables los atentados suicidas contra civiles, en neto descenso respecto al 70% de 2007.
Artículo publicado originalmente en la revista italiana Città Nuova