El Papa ha llamado a los ancianos tesoro de la sociedad, portadores de fe en tiempos de persecución
El Santo Padre se encontrará el próximo 28 de septiembre en la plaza de San Pedro con personas mayores de todo el mundo. El encuentro, organizado por el Consejo Pontificio para la Familia, lleva como título La bendición de una larga vida.
Los abuelos participarán en una misa presidida por el Papa Francisco en San Pedro. “La jornada presupone que la vejez no es un naufragio sino una vocación”, dijo monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia a Radio Vaticano.
El espíritu de esta jornada -añadió monseñor Paglia- es repensar la vejez, reflexionar sobre el compromiso de los ancianos ante “el mundo y la Iglesia, y también de la Iglesia en relación a ellos”.
Las inscripciones e informaciones sobre la misa de los abuelos con el Papa se publicarán en la página web del Consejo Pontifico para la Familia en el mes de julio.
Los abuelos, tesoro e inspiración para la familia
El Papa Francisco, en la misa que inauguraba su pontificado el 19 de marzo de 2013, pidió que se cuide a los ancianos con amor porque “a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón”.
El Papa Francisco recordó que “vivimos en un tiempo en el cual los ancianos no cuentan”. “Es feo decirlo, pero se descartan, porque dan fastidio”, dijo en la homilía de Santa Marta del 19 de noviembre 2013. Y los llamó “el tesoro de nuestra sociedad".
“Un pueblo que no cuida a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria", aseguró el Papa Francisco. Los abuelos han tenido un “rol heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución”.
Cabe señalar que a propósito del respeto a la figura de las personas mayores, el Papa Francisco definió así su relación con el Papa emérito, en una conferencia de prensa del 28 de julio 2013: “Es como tener el abuelo en casa. Pero un abuelo sabio”.
“Cuando en una familia el abuelo está en la casa- prosiguió- , es venerado, querido, escuchado […]. Para mí es como tener el abuelo en la casa: mi papá. Si tuviese una dificultad o algo que no entiendo, le llamaría: “Pero, dígame, ¿puedo hacerlo, eso?”.