Cuando cada mes la naturaleza te da una triste noticia...
A pesar de estar en boga una sobreexposición de los detalles más íntimos de la vida de las personas, la infertilidad sigue siendo un sufrimiento silencioso. Pero no es algo que deba ser ignorado.
El dolor de la infertilidad es diferente de otros sufrimientos: como nuestros cuerpos llevan en sí el potencial de la maternidad y de la paternidad, la infertilidad hiere la propia concepción de femineidad o de masculinidad.
La mujer infértil tiene útero, pero ninguna criatura anida en él. Tiene senos, pero estos no amamantarán a un hijo. La esterilidad del hombre puede llevarle a sentirse inseguro en su masculinidad y a sufrir profundamente por la imposibilidad de engendrar una familia.
Y como los niños son el signo visible del amor conyugal que literalmente vuelve a marido y mujer un solo cuerpo, la infertilidad puede herir el núcleo del matrimonio. Y como hombres y mujeres no se comunican de la misma forma: sus diferentes formas de lidiar con el sufrimiento pueden forzar el matrimonio hasta el punto de romperlo.
¿Cómo enfrentar la infertilidad sin recurrir a la Fecundación in Vitro (FIV)?
¿O qué hacer si ya recurrió usted a la FIV, pero, por causa del bajo índice de éxito de esta técnica, aún así no consigue tener hijos?
Yo no soy médico. Yo sólo he sufrido este mismo sufrimiento y humildemente comparto algunos consejos que realmente me ayudaron a mi y a mi marido.
1) Siga un buen tratamiento médico
Muchas veces, la infertilidad puede ser signo de un problema general. Siempre vale la pena acudir al médico que nos puede revelar problemas de salud de forma más rigurosa que el examen típico para la FIV puede no identificar.
Yo busqué tratamiento a través de la Naprotecnología y de la inmunología reproductiva. Identifiqué condiciones subyacentes que afectan a mi estado general de salud y no simplemente mi fertilidad: son condiciones tratables y controlables.
Pregunta a tu médico: “¿Cómo puede ayudarme a ser una persona saludable, independientemente de que conciba o no un bebé?”. Si el médico no estuviera interesado en prestar este tipo de cuidados, busque otro.
Es fácil dejarse envolver por una visión médica focalizada solamente en la infertilidad y descuidarse. Apuesta por una vida saludable: coma alimentos nutritivos; toma suplementos adecuados; haz ejercicio y duerme.
3) Ama a tu esposo o esposa
La infertilidad presiona intensamente al matrimonio y su intimidad. Así como la contracepción y la pornografía reducen al cónyuge a un objeto de placer, el foco exagerado en la fertilidad reduce al cónyuge a un mero medio para tener hijos.
No descuiden su matrimonio por causa de un intenso deseo de tener hijos. Antes, haga de la infertilidad una ocasión para aceptar del cónyuge con todas sus fragilidades y franquezas. Ámense. Concéntrense en sus intereses comunes y en su “amistad conyugal”. Protejan su intimidad.
4) Compartan su carga pesada
La infertilidad es silenciosa y solitaria e impone cargas diferentes a hombres y mujeres. Busque consejo profesional, psicológico, espiritual, de grupos de apoyo o de amigos próximos: no tenga miedo de buscar apoyo externo. Al mismo tiempo, den apoyo a los demás, que agradecerán su compañía y se pueden beneficiar con las lecciones que usted aprendió a lo largo del camino.
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