Un libro dedicado al “gran arzobispo de Caracas”, monseñor Rafael Ignacio Arias Blanco: un hombre de la democracia
El Arzobispo Arias es muy conocido en Venezuela por ser uno de los promotores de la democracia en el país. Lo hizo famoso su Carta pastoral del 1 de mayo de 1957, en la cual señalaba serios problemas sociales, y solicitaba la resolución de los mismos. Su audacia al tocar esos temas en tiempos de una dictadura le causaron problemas y disgustos con el gobierno del momento. Y su mensaje social fue como una campanada que llamó a las conciencias a actuar a favor de la libertad.
Pero Mons Arias no solo por ese grito en favor de los trabajadores es un gran venezolano y un gran pastor. Su trayectoria como obispo de la Iglesia en Venezuela fue brillante y muy rica en acciones de gran importancia. Y para apreciar mejor las palabras recogidas en el volumen que hoy presentamos, conviene hacer al menos un esbozo de su gran personalidad.
Su estelar trayectoria
Nativo de La Guaira, que en ese entonces pertenecía a esta Arquidiócesis, Mons Arias fue un excelente sacerdote de nuestra Iglesia caraqueña. Fue ordenado el 22 de diciembre de 1928, y ejerció sus labores pastorales en Caracas, Guatire y Villa de Cura. Muy joven, fue llamado al episcopado en 1937, con solo 31 años de edad, inició sus labores episcopales en Cumaná, como Auxiliar del Obispo Sixto Sosa durante dos años, y luego fue nombrado Obispo de San Cristóbal, el 12 de diciembre de 1939. Allí desplegó una extraordinaria y fecunda acción pastoral hasta 1952. En solo 12 años realizó en esa Diócesis una estupenda labor episcopal. Entre sus muchos frutos se cuenta la fundación del Seminario Mayor Diocesano de Santo Tomás de Aquino; durante sus años de Obispo de San Cristóbal fue también Administrador apostólico de Barquisimeto desde 1947 hasta 1949.
Más tarde, el 23 de abril de 1952, a los 46 años, fue nombrado Arzobispo Coadjutor de Caracas, para acompañar y apoyar al bondadoso y querido anciano Arzobispo Lucas Guillermo Castillo, y luego, a la muerte de éste, el 9 de septiembre de 1954 se convirtió en el XI Arzobispo de esta Arquidiócesis.
Permítanme citar la declaración de la Presidencia de la Conferencia Episcopal con motivo de los 100 años del nacimiento de Mons. Arias: “Su carácter emprendedor, su celo apostólico y su labor incansable se manifestaron en todo su esplendor en esa inmensa Arquidiócesis que en esa época abarcaba no sólo todo el Distrito Federal, sino también los Estados Miranda y Aragua. En pocos años dio un gran impulso a la vida de la Iglesia caraqueña, con la creación de nuevas Parroquias, la organización de la Curia Arzobispal y del Seminario, el establecimiento de numerosas comunidades de vida consagrada, el fomento de las vocaciones sacerdotales, el fortalecimiento de la catequesis escolar y de la educación católica, el desarrollo de los Secretariados Arquidiocesanos de Pastoral, especialmente de Pastoral Social, y la realización del Congreso Eucarístico Bolivariano”.
Por iniciativa suya se integraron al clero Arquidiocesano sacerdotes belgas y de otras naciones europeas formados en Bélgica. Uno de ellos, exitoso Párroco en Lídice, fue Mons. Emilio Blaslov, fundador de la Apep en 1964 y del IUPMA en 1977.
No es de extrañar, pues, que un Arzobispo de tantas cualidades, entre ellas una férrea personalidad, gran simpatía personal, carismático liderazgo, amor a la libertad y patriotismo, insigne apóstol de los pobres, se preocupara especialmente por la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia, y publicara su famosa Carta Pastoral sobre la cuestión laboral en ocasión del 1 de mayo de 1957, la cual fue punto de partida para la caída de la dictadura y el restablecimiento de la vida democrática en Venezuela. Ni es de extrañar que Mons Blaslov haya colocado bajo su luz y su obra el Pedagógico que fundara en 1977.
Pero su labor y su enseñanza fueron mucho más amplias que ese gran documento. Y el gran mérito del Padre Vinke es haber investigado y escudriñado archivos para dar a conocer las enseñanzas pastorales de Mons Arias, compiladas en el estupendo volumen que hoy se nos presenta.
Conclusión
Por ese motivo yo felicito al autor, y agradezco al IUPMA y la UCAB por dar a conocer las enseñanzas doctrinales, sociales y pastorales de nuestro gran Arzobispo, Mons. Rafael Arias Blanco. Su vida toda fue un libro abierto. Este que hoy se nos presenta, con una corta semblanza de Mons Arias, escrita con el estilo elegante pero sobrio y directo del Padre Vinke, y una hermosa presentación de S.E. Mons Dr. Ovidio Pérez Morales, nos recordará la vida, enseñanzas y gran labor de ese gran Arzobispo de Caracas que fue Mons. Rafael Arias Blanco, ejemplo de armonía entre la fe en Dios, el amor a la Iglesia y la pasión por nuestra querida Venezuela.
Alocución del cardenal Jorge L. Urosa en la presentación del libro "Mons. Rafael Arias Blanco, Cartas Pastorales y Discursos”, en Caracas, 17 de junio de 2014. Artículo originalmente publicado por CELAM