Hay que aprender de Dios Padre, pues todo papá no sólo tiene en Él un modelo a seguir, sino que puede pedirle y recibir la gracia de poder imitarlo en sus cualidades paternales
Son muchos los papás que quisieran ser muy buenos padres pero no saben qué se necesita para lograrlo, y aunque hoy en día hay muchas herramientas para educar a los hijos, no siempre se tiene el tiempo o el dinero para adquirirlas. ¿Qué hacer entonces? Usar el método de aprendizaje más antiguo y sencillo: aprender de Dios Padre, pues todo papá no sólo tiene en Él un modelo a seguir, sino que puede pedirle y recibir la gracia de poder imitarlo en sus cualidades paternales. Algunas de ellas son las siguientes:
1. Amar incondicionalmente al hijo. Dios nos ama como somos, con todo y nuestros defectos, vicios y pecados, lo cual no implica que los apruebe (Él quiere que los superemos), sino que no por ellos nos deja de amar. Papás: pidan al Padre que les comunique un amor incondicional hacia sus hijos para aceptarlos como son.
2. Expresarle amor al hijo. A lo largo de la Biblia vemos que una y otra vez Dios expresa Su amor por nosotros. Papás: pidan al Padre que no los deje dar por hecho que sus hijos saben que los quieren, sino que los inspire a decírselos y sobre todo a demostrárselos.
3. Conocer bien al hijo. Dice Jesús que el Padre sabe lo que necesitamos, ¿cómo lo sabe? Porque está pendiente de nosotros. Papás: pidan al Padre que los libre de desentenderse de sus hijos y los ayude a darse tiempo para conocerlos y descubrir sus dones y defectos, y así poder estimularlos a desarrollar los primeros y dominar los segundos.
4. Darle al hijo sólo lo que le conviene. Dice Santiago que no recibimos todo lo que pedimos porque pedimos mal (Stg 4,3). Implica que Dios no nos concede lo que no nos conviene. Papás: pidan al Padre prudencia y sabiduría para no ceder a todo lo que sus hijos les pidan, sino saber dar a cada uno sólo aquello que sea para su verdadero bien.
5. Tener cercanía y comunicación con su hijo. Afirmó Jesús que aunque todos lo abandonaran no estaba solo porque el Padre estaba con Él (ver Jn 16,32). Papás: pidan al Padre que los mueva a mantener una cercanía, si no siempre física, sí de comunicación con sus hijos, para estar al día en sus alegrías, tristezas y dificultades, proyectos y amistades.
6. Apoyar al hijo. En todo momento Jesús se sintió apoyado por su Padre. Papás: pidan al Padre que los libre de pasársela criticando a sus hijos, echándoles en cara lo que hace mal; que los ilumine para saber animar a sus hijos en lo que hacen bien y para hacerles sentir que aprecian sus cualidades y que están orgullosos de ellos.
7. Encaminarlo hacia el bien. El Padre envió a Jesús al mundo para traernos el mayor bien posible: la salvación (ver Jn 3,16-17). Papas: pidan al Padre la gracia de comprender que su mayor triunfo será enseñar a sus hijos a dar, no sólo a recibir; a servir a otros, no a ser servidos; a disfrutar la vida no de manera egoísta, sino descubriendo la alegría de ejercer sus dones para beneficio de otros.
Artículo originalmente publicado por Desde la Fe