Una organización evangélica denuncia graves ataques contra la libertad religiosa
Las autoridades de la prefectura de Wenzhou, China, consiguieron demoler el pasado miércoles 18 de junio la cruz que coronaba un templo que ya había sido protegido por los creyentes de una acción similar. Los trabajadores y las autoridades llegaron sin previo aviso a las tres de la mañana y consiguieron ingresar una grúa para retirar el símbolo religioso que supuestamente infringía las normas de construcción locales. Bajo este mismo pretexto se han demolido 360 cruces y lugares de culto cristiano en 2014, según información de la organización China Aid (una organización evangélica, n.d.e).
Uno de los hechos más tempranos de esta campaña estatal fue el retiro de las imágenes religiosas de un Vía Crucis ubicado en una colina de Wenzhou. Las imágenes que por su extraordinario peso no pudieron ser movidas fueron rodeadas con muros de ladrillo para evitar su veneración por parte de los católicos (ver noticia anterior).
Un panorama incierto para la libertad religiosa
La oleada de destrucción de imágenes símbolos religiosos en China ha llamado la atención de la opinión pública internacional, que ha reportado como los cristianos han intentado bloquear sin éxito las demoliciones y han sufrido represión por parte de la fuerza pública. El National Post de Canadá comentó los hechos bajo el titular "China es un lugar peligroso para expresar su fe cristiana". En su informe, destacó que "es inquietante cuán pocas noticias de la persecución religiosa China logran filtrarse" y recuerda las largas condenas de prisión a los creyentes comunes en el pasado y las actuales restricciones a la libertad religiosa en el país. Un panorama general en este sentido fue elaborado por la Diócesis de Hong Kong en una denuncia presentada recientemente ante la Organización de las Naciones Unidas (ver noticia anterior).
En el caso de la más reciente demolición, un primer intento fue evitado por la acción de los creyentes, quienes protestaron y obstaculizaron los trabajos. Uno de los cristianos describió el hecho a la ONG International Christian Concern: "El gobierno invadió el templo sin mostrar ningún documento legal o notificación, justo como un ladrón". Una vez dentro, las autoridades bloquearon el ingreso de los fieles. En una grabación de video difundida por la ONG se puede observar el momento en que un policía golpea con su bastón tipo tonfa a uno de los ciudadanos. Las autoridades amenazaron con demoler completamente el lugar de culto, como lo hicieron anteriormente en Sanjiang, si una segunda operación era bloqueada.
Para poder demoler finalmente la cruz, los trabajadores y la fuerza pública llegaron al lugar sin previo aviso a las tres de la mañana, de forma que pudieron ubicar los equipos antes de que los creyentes pudieran organizar algún tipo de resistencia. La cruz ya estaba en tierra a las seis de la mañana. Según información divulgada por UCA News, en la última semana 15 lugares de culto más recibieron una notificación que les amenaza con la demolición si no retiran las cruces voluntariamente antes del final de junio.
Todas estas acciones estarían encaminadas a intentar frenar por la fuerza el crecimiento de la fe cristiana en el país, destacado incluso internacionalmente (ver noticia anterior). "Sospecho que esta es una campaña bien orquestada para contener el rápido crecimiento del cristianismo", explicó a The Christian Post Bob Fu, miembro de la ONG China Aid. "Las heridas deliberadas van a tomar años en sanar y la poca confianza que quedaba entre el gobierno chino y las comunidades religiosas chinas se ha perdido".
Con información de UCA News, National Post y The Christian Post. Artículo publicado por Gaudium Press