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La crisis humanitaria que se vive en la frontera entre México y Estados Unidos, sobre todo a partir del aumento escandaloso de niños centroamericanos que viajan solos a Estados Unidos y que ya han propiciado una respuesta del gobierno de Barack Obama, ha tomado un derrotero nuevo.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha dicho en Washington que estos menores son, en realidad, "desplazados de guerra". Una guerra que se vive en ese país centroamericano por el narcotráfico y por la lucha a muerte entre pandillas rivales –las llamadas maras—para controlar el crimen y para reclutar niños y adolescentes como carne de cañón entre sus filas. Por eso mismo, Hernández pidió al gobierno de Barack Obama más apoyo económico y logístico para combatir la inseguridad en su país.
"Si hiciéramos un esfuerzo en conjunto, realmente efectivo, no estarían viniendo los niños en las cantidades que están viniendo", dijo en la capital estadounidense el presidente Hernández. La crisis humanitaria a la que se ha referido el presidente Obama se finca en que entre octubre de 2013 y mayo de 2014, más de 47 mil menores no acompañados, en su mayoría provenientes de Centroamérica, cruzaron la frontera hacia los Estados Unidos, casi el doble que en los 12 meses anteriores, según confirmó el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, a quien Obama puso al frente de una nueva estrategia para proteger a los menores y para proteger, también, la seguridad fronteriza, sobre todo en el área de Texas.
Hernández dijo en Washington que lo que ha venido haciendo Estados Unidos es algo "mínimo" frente a las organizaciones criminales que operan en Centroamérica e introducen la droga al país del Norte. "Estados Unidos debe hacer más. Hay sectores aquí que creen que este problema es solo de América Central", señaló mandatario hondureño, quien atribuyó el creciente flujo migratorio a la violencia generada por el narcotráfico y no sólo al deseo de reunirse con sus padres en Estados Unidos.
Acción conjunta
El presidente de Honduras, atendiendo un reclamo de sus connacionales que pasan por México, ha anunciado que en los próximos días aumentará de tres a siete el número de consulados hondureños en territorio mexicano, que se ubicarán a lo largo de la ruta que siguen los inmigrantes hacia el norte. Dentro de la campaña emprendida recientemente, Estados Unidos está advirtiendo a los países de Centroamérica que planea deportar a los menores sin un acompañante adulto procedentes Guatemala, El Salvador y Honduras que han llegado a su frontera sur durante los últimos ocho meses, algo que el embajador hondureño en Estados Unidos, Jorge Milla Reyes, ha criticado por considerar que viola algunas normas pactadas en tratados internacionales.
Milla Reyes dijo, también en Washington que su gobierno valora positivamente los esfuerzos que realiza Estados Unidos en la atención a los migrantes, pero que es necesario “coordinar acciones entre los países afectados y que todos los requerimientos deben ajustarse a los compromisos que todos han asumido en materia de Derechos Humanos".
Por su parte, el gobierno de Obama dijo que se tomarán las medidas necesarias para garantizar el bienestar de los niños. No obstante, en caso de que se apruebe una reforma inmigratoria, los ciudadanos que hayan ingresado de forma irregular después de 2011 serán los primeros deportados.