86 mil 929 casos de detención, de los cuales 81 mil 394 fueron centroamericanos
Hace unos días reportaba Aleteia que la organización no gubernamental a favor de los derechos de los migrantes “Sin Fronteras” destacó en su informe La Ruta del Encierro, el gran número de indocumentados centroamericanos que, en su camino hacia los Estados Unidos, son detenidos en territorio mexicano y confinados en centros migratorios que se parecen demasiado a una cárcel.
En el estudio de “Sin Fronteras” se dejaba claro que anualmente, transitan unas 400 mil personas migrantes por México. En 2013, el Instituto Nacional de Migración (INM) registró 86 mil 929 casos de detención, de los cuales 81 mil 394 fueron centroamericanos. Y el crecimiento de mujeres y niños migrantes comienza a ser alarmante.
Visas de paso
Debido a la cantidad de casos en los que se violan los derechos humanos de los migrantes centroamericanos detenidos, especialmente los niños, la presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, Amalia García Medina, propuso ayer la expedición de visas de paso para quienes son detenidos en estaciones migratorias dentro de territorio mexicano.
Se trata de un documento oficial que permitiría a un extranjero viajante, cuyo destino final exige el tránsito por un país intermedio, una estancia temporal por dicho territorio. Estados Unidos con la Visa de categoría Tránsito (C), España con su visado de tránsito aeroportuario, China y Rusia son algunas naciones que regulan estos casos. Pero en México no está todavía permitido, lo cual redunda en cientos de casos de violaciones de derechos humanos de los migrantes.
“La vigencia es variada, pero siempre es de corta duración. Por ejemplo, en China no se necesita ningún tipo de visado mientras que la persona se mantenga en el aeropuerto por menos de 24 horas durante su escala; para una estancia corta en Shangai se expide una por 48 horas, mientras que con la venia de la administración de turismo chino se puede establecer un permiso que no supere los 15 días. En España, la estancia debe ser inferior a 90 días”, dijo la diputada García Medina, quien antes fue gobernadora de Zacatecas, uno de los estados con mayor número de mexicanos migrantes en Estados Unidos.
Según García Medina, el Estado mexicano “tiene la facultad de otorgar esta clase de permisos a los migrantes y de esta manera, evitar la violación sistemática de sus derechos humanos y frenar las extorsiones, secuestros, violaciones y asesinatos a los que actualmente se enfrentan”. En este momento, para el INM no es ningún delito internarse al país sin documentos, por lo que las detenciones durante semanas o meses que aplican en los Centros de Detención Migratoria “son totalmente ilegales”.
De acuerdo con la diputada del partido de la izquierda mexicana (el PRD), "esta política persecutoria, policiaca y carcelaria dirigida hacia los migrantes, les obliga a utilizar medios de transporte peligrosos y rutas fatídicas, en donde son víctimas de extorsiones, violaciones y abusos, trata, secuestros e incluso asesinatos. Los casos documentados son cada vez más frecuentes y dramáticos".
La “caravana” con los obispos
Durante todo el mes de mayo la “Caravana de Migrantes Centroamericanos ha hecho una labor de difusión de esta medida en diversos puntos del país. Como reportó Aleteia, durante el tiempo de cuaresma y de Semana Santa, incluso realizaron el “Viacrucis del Migrante”, para sensibilizar a gobierno y sociedad de México de la necesidad de un visado humanitario.
El día de ayer, la “Caravana”, con cerca de cien migrantes centroamericanos, se reunió con representantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en esta misma tesitura. El grupo de migrantes, que provienen de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, pide al gobierno mexicano una respuesta a su petición de ser acogidos como refugiados. Antes de con los obispos de la CEM se reunieron con los cuatro embajadores de sus respectivos países.
La caravana de migrantes centroamericanos visitó la Basílica de Guadalupe, donde han participado el 6 de junio en una celebración litúrgica presidida por el padre Juan Bizzotto, de los Misioneros de San Carlos, y por el padre Alejandro Solalinde, director de la casa del migrante “Hermanos en el Camino” y el principal defensor de los derechos del migrante que existe actualmente en México, defensa que le ha llevado a recibir numerosas amenazas de muerte por parte de los grupos de delincuentes e incluso de las autoridades policiacas que han visto en los migrantes un botín para explotarlos.