Inaugurado en la provincia argentina de Mendoza, servirá de vivienda y apoyo para futuras madres
Sea por oportunismo o por sincero reconocimiento- lo más probable-, numerosas iniciativas públicas en la Argentina ya llevan como nombre Papa Francisco. A las calle en provincias como Entre Ríos o Buenos Aires, que no tardaron en aparecer, y al barrio Papa Francisco en Jujuy, del que informó recientemente Aleteia, se le suma ahora un hogar para mujeres embarazadas, en Mendoza.
El gobernador de la provincia de Mendoza, Francisco Pérez, inauguró el hogar materno Papa Francisco en la localidad de Maipú. El hogar, cercano al Hospital Paroissien, servirá para albergar mujeres embarazadas que estén en riesgo obstétrico y social, y también a aquellas víctimas de cualquier tipo de situación de violencia. El hogar priorizará a las mujeres distantes del Hospital, y con difícil acceso a un centro de salud donde dar a luz.
El funcionamiento y la supervisión del hogar correrán a cargo del hospital Paroissien. Asistirán a las residentes un médico gineco-obstetra coordinador general, médicos obstetras, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, comunicadores sociales y agentes sanitarios, con participación de la comunidad (voluntarias y distintas ONGs).
“Lo que hacemos es generar un espacio de contención, acompañamiento y del cuidado de las mamás prontas a las fecha de parto para acompañarlas en el proceso”, declaró el gobernador, quien recientemente visitó al Papa Francisco, visita que, aclaró, costeó con sus propios recursos económicos.
El hogar será provechoso además para madres que tras el parto tengan que permanecer cerca de sus hijos en caso de que, por distintas circunstancias, no puedan recibir el alta del nosocomio.
Hospital Papa Francisco
En octubre del año pasado fue inaugurado en la provincia de Salta el hospital Papa Francisco, en la capital de la provincia. La inversión de 75 millones de pesos- unos 6 millones de euros-, estaba prevista de antes de la elección del Papa. Pero fueron los propios salteños los que eligieron el nombre antes de la inauguración. En esa votación, los otros nombres más elegidos fueron Madre Teresa de Calcuta y Padre Chifri. Este último refiere al sacerdote Sigfrido Moroder, fallecido recientemente con fama de santidad a la temprana edad de 46 años, pero tras haber promovido el desarrollo en decenas de comunidades aborígenes a las que incluso llegó a visitar en parapente para la misión.
Al referirse a estas tres opciones, todas ellas de impronta religiosa, el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey había declarado: “Evidentemente hay algo en el corazón de los salteños que nos hace elevar la mirada a Dios y buscar la fuerza para enfrentar los desafíos”.
Más allá del oportunismo político, el nombre del Papa Francisco es rápidamente asociado por el pueblo a iniciativas de bien público. Y más allá de que probablemente a él mucho no le agrade, por su personalidad humilde y sencilla, son marcas que atestiguarán con el paso de los años el impacto que su pontificado está teniendo al menos para la Argentina.