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El decano de la Facultad de Derecho de Namur (Bélgica), Etienne Montero alertó, durante su participación en la Jornada de la Asociación de Bioética de Madrid, de los peligros y las consecuencias de la legalización de la Eutanasia, que se ha convertido en una medida de presión sobre la población vulnerable.
Tras 12 años de Eutanasia en Bélgica, el jurista Etienne Montero lo tiene claro: “una vez admitida la eutanasia caen, una tras otra, las balizas jurídicas que se han puesto y resulta imparable”. Y añadió que “no se insiste bastante en que el derecho genera valores, genera cultura. Está lejos de ser neutral”. “En este caso, el derecho autoriza a una categoría de ciudadanos, los médicos, a dar muerte a otros, lo que rompe un límite marcado por el Derecho”.
Durante su intervención explicó cómo: “En su inicio la eutanasia se presentaba como una excepción, ahora se contempla ya como “acto médico” de obligado cumplimiento. En su inicio indicada para adultos, hoy ya sin límite de edad, incluyendo su posibilidad de aplicación a los niños” y explico que en estos momentos se busca ir más allá con “la aceptación plena de la “eutanasia sin petición del paciente”.
“Cuando se acostumbra a dar la muerte se llega a ver la eutanasia como “un servicio” a los pacientes y se habla en términos tales como “no negar ese servicio a los pacientes psiquiátricos” etc. aunque no lo hayan solicitado”, añadió el jurista belga, defendiendo que la eutanasia no es una elección personal, sino una cuestión pública, por su impacto social y porque “está en juego toda la concepción de la medicina y la confianza en ella”.
Tres son las razones de Etienne Montero para rechazar la Eutanasia: proteger la concepción de la medicina; proteger a las personas vulnerables y proteger los fundamentos del estado de derecho.