Es difícil construir la paz, pero es más difícil vivir sin paz
Tras finalizar la Eucaristía en Belén y justo antes del comienzo del Rezo del Regina Coeli, el Papa Francisco sorprendió a todos los presentes ofreciendo su casa en el Vaticano al presidente de Israel (Simon Peres) y Palestina (Abu Mazen) para que oren por la paz.
“La paz la construimos con pequeños gestos que soporten la fatiga de construirla”, explicó el Pontífice, expresando que “todos debemos ser constructores de paz”. “Es difícil construir la paz, pero es más difícil vivir sin paz”, explicó.
El Papa Francisco quiso comenzar el rezo del Regina Coeli con esta invitación, para posteriormente poner en práctica la oración y pedirle a la Virgen por esa tierra: “A Ella encomendamos esta tierra y todos los que la habitan, para que vivan con justicia, con paz y fraternidad. Encomendamos también los peregrinos que aquí llegan para beber de las fuentes de la fe cristiana, algunos de los cuales están presentes también en esta Santa Misa.”
En el rezo del Regina Coeli también pidió por “todos los que han perdido la fe y la esperanza; consuela a los enfermos, los encarcelados y todos los que sufren; sostén a los Pastores y a toda la Comunidad de los creyentes, para que sean "sal y luz" en esta tierra bendita”.
Finalizó mostrando su deseo de visitar Nazaret y encomendando a la Virgen: “la suerte de la humanidad, para que se le abra al mundo un horizonte nuevo y prometedor de fraternidad, solidaridad y paz”.
Texto del Regina Coeli:
Queridos hermanos y hermanas
Mientras nos preparamos para concluir esta celebración, dirigimos nuestro pensamiento a María Santísima, que precisamente aquí en Belén dio a luz a su hijo Jesús. La Virgen es la persona que más ha contemplado a Dios en el rostro humano de Jesús. Ayudada por José, lo envolvió en pañales y lo recostó en el pesebre.
A Ella encomendamos esta tierra y todos los que la habitan, para que vivan con justicia, con paz y fraternidad. Encomendamos también los peregrinos que aquí llegan para beber de las fuentes de la fe cristiana, algunos de los cuales están presentes también en esta Santa Misa.
Vela, Oh Madre, por las familias, los jóvenes, los ancianos. Vela por todos los que han perdido la fe y la esperanza; consuela a los enfermos, los encarcelados y todos los que sufren; sostén a los Pastores y a toda la Comunidad de los creyentes, para que sean "sal y luz" en esta tierra bendita; fortalece las instituciones educativas, en particular la Bethlehem University.
Contemplando a la Sagrada Familia aquí, en Belén, mi pensamiento se dirige espontáneamente a Nazaret, adonde espero ir, si Dios quiere, en otra ocasión. Abrazo desde aquí a los fieles cristianos que viven en Galilea y aliento la realización del Centro Internacional para la Familia en Nazaret.
Encomendamos a la Virgen Santa la suerte de la humanidad, para que se le abra al mundo un horizonte nuevo y prometedor de fraternidad, solidaridad y paz.