El Papa Francisco ha dejado plasmado a lo largo de más de 10 años en la Argentina, su pensamiento social en diversas publicaciones y que lo podemos sintetizar en las siguientes ideas:
- Restaurar la cultura del encuentro como expresión de la búsqueda de refundar lo vínculos sociales a partir del diálogo como instrumento de comunión.
- Tomar como eje de discernimiento social los siguientes principios:
- El tiempo es superior al espacio (valorar los procesos personales y colectivos por sobre la búsqueda de espacios de poder auto-referenciales)
- La unidad es superior al conflicto (sin evadir el conflicto, saber que el cuidado del vínculo personal está por sobre la dificultad circunstancial )
- La realidad es superior a la idea (el ser de “carne y hueso” está por sobre el pensamiento, la idea es instrumental a la realidad)
- El todo es superior a las partes (la búsqueda del bien común es lo que siempre debe preservarse)
El 24 de Noviembre de 2013, Francisco publica la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium sobre “El Anuncio del Evangelio en el Mundo Actual”. Esta exhortación apostólica invita a anunciar “la alegría del Evangelio”. Esta alegría surge del encuentro con Jesús resucitado que es fuente de esa alegría y esperanza que por supuesto adquiere una dimensión social.
En particular en el capítulo cuarto aborda “La dimensión social de la Evangelización” expresando que Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios.[1] No podemos realizarnos ni salvarnos solos. “Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana”.[2] Sabemos que Dios creó todas las cosas –para que las disfrutemos- (1 Tim 6,17), para que todos puedan disfrutarlas.[3]
En el documento más adelante dirá que ”el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad.”
Al referirse al tema de la economía señala que la inequidad es raíz de los males sociales. Se refiere también a la importancia de integrar a los diferentes y en particular a los niños y ancianos y condena la trata de personas.
En estos tiempos vivimos un fuerte cambio de época, los cambios son veloces, cuando comenzamos a comprender algo ya está aconteciendo otra cosa. El Papa Francisco ha sido y es una voz que anuncia en el medio del desierto, es viva expresión de Jesús encarnado hoy en la tierra. A través de él podemos apreciar la necesidad de mirar al otro como hermano, de detener nuestra mirada en el más pobre, en el ser agentes de unidad, el de abrir el corazón y la mente al que es distinto y por sobre todo a reconocer en el otro y los otros al mismo Jesús que camina en medio nuestro.
El Papa Francisco ha hecho expresión de los principios de la doctrina social de la Iglesia de diversas formas que entendemos podemos expresarlos de la siguiente manera:
- La dignidad de la persona humana; por encima de todo. Es el hombre el sujeto esencial de toda transformación social.
- El destino universal de los bienes; los bienes son dones de Dios que él ha ofrecido a su Pueblo y por lo tanto no debe haber excluidos en el uso de los mismos. “quiero una Iglesia Pobre para los pobres” es una expresión que nos habla de que los bienes necesarios deben llegar a todos y en particular a aquellos que no lo tienen.
- La subisidiaridad: Más de una vez se ha escuchado del Cardenal Bergoglio decir que más que darle el pescado a la gente hay que enseñarles a pescar para que ellos hagan por si, todo aquello que pueden hacer por si mismos, lo que no quita que también aquellos que tienen posibilidades socorran a los necesitados. En este sentido han existido gestos sencillos pero a la vez importantes de donaciones ordenadas por Francisco para socorrer a pueblos que están pasando por alguna necesidad en particular. Por otra parte ha priorizado la Colegialidad a la hora de enfrentar una problemática pastoral o social que implica darle lugar en la toma de la decisión a aquellos que son agentes claves en la temática que se trata.
- El bien común: La expresión del Papa “El todo es superior a las partes” está ligado a este principio. Este bien común tiene la mirada puesta especialmente en los más pobres.
- La solidaridad: Generar una cultura del encuentro de alguna manera es generar la cultura de la solidaridad, es ser con el otro, compartir con el otro, disfrutar y sufrir con el otro.
- La participación: Existe verdadera participación social cuando ninguno es excluido y todos son convocados. Ninguna persona debe quedar “al borde del camino” mirando desde afuera el “acontecer social”. Ser protagonistas no solo en la contribución de ideas y acciones sino también en la decisión es clave para no haya más “descartables y excluidos” tal como lo menciona el Papa.
En fin estamos viviendo un tiempo providencial, un tiempo en el que todos nos debiéramos sentir convocados a “hacer lío” que no es más ni menos que poner los medios necesarios para que este mundo sea cada vez más expresión del Reino de Dios sobre la tierra.
Director del “CLADeES” –Centro Latinoamericano de Evangelización Social-
Hoy celebramos a...