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Tras conocerse la noticia de los 33 niños que fallecieron incinerados en un autobús, el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor José Daniel Falla, manifestó su cercanía y solidaridad con los familiares y recordó que estos hechos deben llevar a exigir medidas de prevención más drásticas con aquellos que transportan niños.
“Estos dolorosos hechos nos llevan a reflexionar frente a cómo se está llevando adelante las medidas de seguridad, no sólo en temas de transporte, sino en otros campos donde se expone de un modo irresponsable la vida de los niños” expresó el obispo.
El prelado hizo un llamado a la ciudadanía y de manera especial a los propietarios de quienes tienen la responsabilidad de transportar niños, les recordó que ellos tienen la obligación de preservar la vida de estas personas que les han sido encomendadas.
El Papa Francisco envió también sus condolencias a los familiares de las víctimas, a través de un telegrama enviado por el cardenal Parolin, actual secretario de Estado.
Por su parte el obispo auxiliar de Barranquilla, monseñor Víctor Tamayo Betancourt, señaló que esta catástrofe de los niños tiene que encender la voz de alarma en todas aquellas personas que transportan menores, por lo que pidió que se ejerzan controles de seguridad más efectivos.
“Este es un grito de alarma para todos los que transportan niños, este dolor inmenso que hoy sentimos, tiene que llegar a la mente y al corazón de los directores de colegios y padres de familia… para ser muy cuidadosos con el transporte de los menores”, aseveró.
La tragedia ocurrió el pasado domingo en el municipio de Fundación – Magdalena, luego que un vehículo que transportaba niños de una Iglesia Pentecostal, estallara en llamas y causara la muerte de 33 menores y un adulto.
Artículo publicado originalmente por Conferencia Episcopal de Colombia