El peso del vínculo familiar, la trasmisión de conocimientos y el “networking” como claves del éxito de los hebreosChinos, etíopes, conservadores, agnósticos, ortodoxos e, incluso, quienes reconocen a Cristo como el Mesías…, el profesor José Barta apunta que los judíos son una cultura unida por el Holocausto, por encima de todo. Así lo expone en su libro Judaísmo y judíos en el siglo XXI (Digital Reasons).
Existe un gran desconocimiento sobre ellos en España, donde no pasan de 12.000 y, a pesar de ello, un 30% de universitarios españoles “manifiestan repulsa a tener un compañero judío”, cuando no se significan por su indumentaria o por su poderío en nuestro país. Hay demasiados clichés establecidos, como el de que controlan los medios de comunicación, a pesar de la evidencia de que muchos vituperan las acciones del Gobierno de Israel en Palestina.
Apunta que tener 26 Premios Nobel de Economía, intelectuales de renombre y grandes empresarios les viene, entre otros, de que se relacionan entre ellos a escala planetaria desde hace muchas generaciones. Barta, que hace un programa en Radio Sefarad, califica de “magníficas” las relaciones que existen actualmente entre judíos e Iglesia Católica.
-¿Qué relación tiene con la comunidad judía en España?
Tengo raíces familiares judías y personales, porque, como católico, me he sentido siempre muy atraído por el mundo hebreo, puesto que he visto en él una forma de conocer y completar mí fe.
-¿Cómo ve actualmente las relaciones entre la Iglesia católica y el pueblo judío?
Con Benedicto XVI y con el papa Francisco son magníficas. Como sabemos la historia entre cristianos y judíos ha pasado por vicisitudes penosas, pero el mayor sufrimiento ha recaído en los judíos porque los cristianos mandábamos en Europa. Actualmente, en España, donde hay entre 10 y 12.000 judíos, las relaciones son de profundo desconocimiento. Una encuesta entre universitarios españoles desvelaba que el 30% de ellos manifestaba repulsa a tener un compañero judío.
-En su libro, hace una tipología amplia de los hebreos actuales.
Así es, porque hay judíos etíopes, chinos (en el libro hay fotografías)…; hay distintas razas. Por otro lado, se dan también distintas posturas ideológicas: están los reformadores, los conservadores; los humanistas, que han ido creciendo, son agnósticos y no creen que el pueblo judío sea el elegido; los mesiánicos, que viven como judíos y aceptan a Jesucristo como Mesías. No creen en la Iglesia ni tienen los sacramentos, pero leen los Evangelios, practican el “sabbath” y no el domingo y viven en la creencia de que el Mesías ha venido y volverá.
-Al ser tan variado, podemos concluir: ¿qué es, por tanto, ser judío, puesto que no es una raza, ni un idioma ni una religión?
Ellos dicen que es una cultura que se basa en unas creencias, como el “sabbath”, que lo celebran en familia, pero ¿cuánto tiempo podrá durar esta tradición si la separan del componente religioso? Es la encrucijada del Pueblo elegido de la que participamos todos por nuestras raíces cristianas.
-¿Una de las cuestiones que unen al pueblo judío es el Holocausto?
Así es, ya que afectó a 6 millones que fueron asesinados, de los cuales más de millón y medio eran niños. En este momento, es más importante para ellos que considerarse el Pueblo elegido, tal vez porque observan una contradicción entre esta preferencia y la existencia de Dios que la ha permitido. En este sentido, ellos se preguntan si fue una prueba de Dios mientras que otros afirman que Dios es malo y como Él no puede ser malo, no existe. A esto le unimos la creación del Estado de Israel, con su componente nacionalista, que va ganando terreno, a pesar de que no todos los judíos la asumen.
-¿Cuál es actualmente la distribución geográfica de los judíos?
De los entre 12 y 14 millones y medio en el mundo, se polarizan entre Israel y Estados Unidos, con más cantidad en el primero.
-¿Qué influencia tienen actualmente los judíos en la economía, la cultura, el liderazgo social? Si es así, ¿cuáles son las causas de este predominio?
Se puede encontrar una respuesta más amplia en el libro, pero se utiliza el cliché de que, por ejemplo, los judíos controlan los medios de comunicación. Si esto fuera así, no existirían los que atacan a los judíos, como ocurre, por ejemplo, con relación al Estado de Israel y su política con los palestinos.
La idiosincrasia del pueblo judío es que si hay dos judíos que defienden una tesis, igual número defiende la contraria. En este sentido, parecen españoles. Si es verdad que, por ejemplo, en Economía hay 27 Premios Nobel que son judíos y esta área fue constituida en 1969. Hay también grandes financieros y empresarios, aunque muchos de estos no se consideran propiamente judíos, porque vienen de Rusia (este aspecto se aborda también en el libro). Hay dos elementos claves para considerar el éxito de los judíos: el primero, derivado de la trasmisión de las tradiciones en la familia, cuyo peso es espectacular, es la formación y los conocimientos que se trasmiten a través de ella, y los idiomas. Un pueblo que ha tenido que ir de un lado a otro, ha ido acumulando distintas lenguas.
Además, hay que añadir otros tipos de conocimientos y, sobre todo, el mantenimiento de los vínculos familiares durante varias generaciones, aunque estén repartidos por todo el mundo. Esto quiere decir que se producen un conjunto de interrelaciones increíbles, lo que conocemos actualmente por “networking”, que equivale a tener contactos fiables por todas partes para hacer negocios económicos o intelectuales. Por consiguiente, la capacidad de formarse y de interrelacionarse les hace un colectivo con unas capacidades impresionantes.