Los padres pidieron la intercesión de Juan Pablo II al considerar los médicos “inviable” el embarazo
Un matrimonio valenciano recurrió a la intercesión de Juan Pablo II para el nacimiento de su hijo, que hoy tiene 4 años, después de que los médicos les recomendaran, en la sexta semana de embarazo, abortarlo, al sufrir la madre un brote de una enfermedad autoinmune que padece y que “hacía inviable la gestación”.
Se trata de David Andrés, de 38 años y profesor de inglés, y Mari Carmen Castellanos, de 37 y administrativa, que tuvo que ser hospitalizada cuando estaba embarazada de su cuarto hijo en el año 2009 debido al brote de su enfermedad.
Mari Carmen Castellanos tuvo que ser hospitalizada “con grandes dolores y una severa deshidratación”, lo que obligaba a los médicos a tomar medidas para que los síntomas remitieran de inmediato. El equipo médico propuso que abortara para poder recibir un tratamiento con una dosis muy alta de cortisona. Esta dosis “era incompatible con la viabilidad del feto ya que éste moriría envenenado o la medicación le provocaría malformaciones”.
El matrimonio expresó a los médicos que “el aborto no era una opción” y los esposos “recurrieron a la intercesión de Juan Pablo II” para que les ayudara en ese momento y para que el bebé no sufriera ningún daño.
Ante la postura de los esposos, los médicos decidieron intentar controlar el brote con un nivel mínimo de cortisona. Esta dosis era tres veces menor que la que se debe aplicar en este tipo de casos y en anteriores brotes de Mari Carmen Castellanos sólo un nivel muy alto de medicación había funcionado.
“En contra de lo que cabía esperar, la baja cantidad de cortisona hizo que el brote desapareciera de forma extrañamente rápida”, han asegurado los esposos. Aún así, quedaban ocho meses de “incertidumbre”, dado que la madre debía seguir tomando la dosis durante el embarazo y las consecuencias sobre el feto eran impredecibles.
En aquellos momentos, en la sexta semana de embarazo, desconocían el sexo del bebé pero decidieron que, si era varón, “llevaría el nombre de Juan Pablo II”, al que habían seguido en las Jornadas Mundiales de la Juventud participando en varios países, y “siempre estuvimos convencidos de que era un auténtico santo".
Mari Carmen Castellanos pudo dar a luz y el bebé nació sin ningún tipo de secuela. Juan Pablo Andrés Castellanos es hoy un niño de 4 años con una salud normal y “con una capacidad especial para atraer la atención de cuantos le ven, por lo guapo y rubio que es”, explican sus padres.
Artículo publicado por AVAN