Dos papas santos que son amigos del Perú

La canonización de San Martín de Porres por Juan XXIII, y la frase “El Papa es charapa” de Juan Pablo II encandilan a los peruanos

Ni acaso la diferencia horaria (3 de la madrugada), fue obstáculo para que Lima y provincias acompañaran al Papa Francisco en la misa de canonización de los dos pontífices más influyentes del siglo XX.

Los nuevos santos tuvieron una especial relación con el Perú, lo que se puso de manifiesto en diferentes espacios periodísticos y foros de reflexión. Es por ello que las diferentes ciudades del país se unieron a este acontecimiento histórico con sendas celebraciones eucarísticas, jornadas de oración, conferencias y exposiciones fotográficas recordando las visitas de Juan Pablo II al Perú.

"El Santo Padre canonizará a dos grandes hombres; muchos de nosotros hemos conocido en vida y hemos tratado con Juan Pablo II, ahora elevado a los altares por su testimonio de vida”, comentó monseñor Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo y ex Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.

Amor por el Perú

A Juan XXIII lo quieren en estas tierras porque se decidió a canonizar finalmente a San Martín de Porres, el primer santo mulato, ofreciendo así al mundo la figura del “San Francisco de Asís limeño”.

También fue un gran impulsor del acompañamiento doctrinal y espiritual de la colonia peruano-china, enviando desde Italia un clérigo para que los atienda y un donativo para construir un colegio que formase a las nuevas generaciones, el cual hoy lleva su nombre.

Por otra parte, hay una gratitud especial de los peruanos hacia Juan Pablo II, quien les visitó por dos veces en 1985 y 1988. Junto a sus mensajes, se le recuerda por su cariñosa frase “el Papa es charapa”, tal como se le llama a los habitantes de este lado de la selva amazónica.

Fue él quien elevó a los altares a los beatos Ana de los Ángeles Monteagudo, monja dominica, y al sacerdote camilo Luis Tezza. La relación es y será especial porque consagró al país a la Virgen María y la distinguió ante el mundo con la Rosa de Oro, coronándola con filial devoción en varias ciudades del país.

El Perú le rezará a San Juan Pablo II porque se identificó con el sufrimiento y la pobreza de los pueblos, enviando inclusive dinero para las muchas necesidades.

Por los frutos

En estos días previos a la canonización, fue evidente que el mundo admira a Karol Wojtyla por haber sido un seminarista perseguido del nazismo, un sacerdote salido de las catacumbas y el obispo y cardenal artífice de la libertad de Polonia. Y lo ama por aquel corajudo "No tengáis miedo", así como por la filial letra M de María en su escudo que volvió tan mariano al mundo.

Juan Pablo II es y será el Papa que habló claro a los obispos latinoamericanos en Puebla y Santo Domingo, y quien firmó el actual Catecismo y el Código de Derecho Canónico.

Estará muy presente en seminarios y escuelas mediante sus encíclicas y cartas apostólicas, como las que escribió a los niños, a la mujer y a las familias, a los ancianos y a los artistas. Y acompañará al mundo por siempre con su voz, a través de los discos compactos que grabó rezando el rosario y cantando el Pater Noster.

Finalmente, aunque nada se agota aquí, las Iglesias y hogares venerarán al nuevo santo porque pidió perdón ante los errores del pasado, y por haber llevado a la humanidad de la mano hacia el Tercer milenio invitando a los cristianos a “remar mar adentro”.