La ciudad argentina que vio nacer al papa Francisco le debe su nombre a ella
La capital argentina debe su nombre a Nuestra Señora del Buen Aire, la versión castellanizada de la advocación mariana de Bonaira, Virgen patrona de los marineros a la que profesaban gran devoción los sardos y el español Pedro de Mendoza, fundador de Buenos Aires.
La Virgen de Bonaria es la patrona máxima de la isla de Cerdeña. A ella se
Su santuario se encuentra en la colina de Nuestra Señora de Buenos Aires, al sureste de Cagliari, en el lugar donde el rey Alfonso de Aragón puso su base militar en el año 1323 para conquistar la ciudad de Cagliari e hizo construir un castillo fortificado y una iglesia.
Según explica la web del santuario italiano, en 1335, el rey donó la iglesia a los mercedarios para que construyeran un convento y allí se estableció una comunidad.

En 1370, un barco procedente de lo que actualmente es España se encontró improvisadamente en medio de una tormenta.
Desde él fue lanzada al mar toda la carga, entre ella una caja que el viento condujo hasta el puerto de Buenos aires, en Cagliari (Italia).
Allí, los religiosos recogieron la pesada caja y la abrieron, descubriendo en su interior una estatua de la Virgen con el niño Jesús y con una candela en su mano derecha.
La devoción a esta Virgen de Bonaria se difundió por la isla y por el mundo, especialmente entre los marineros que la evocan como su protectora, sobre todo en el sur de España.
Pedro de Mendoza, que era miembro de la Cofradía de los Mareantes de Triana, tenía como patrona a Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, que era el nombre castellanizado de la Virgen de Bonaria.
Así que el asentamiento que fundó en tierras americanas se llamó Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, y aunque luego se le intentó cambiar el nombre, quedaría para siempre como ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina.

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