El novelista infamó a la jerarquía por su postura ante las “uniones civiles no matrimoniales” para los homosexuales
Días atrás el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa sumó un nuevo frente en sus críticas hacia gobiernos y presidentes. Pero no lo hizo para criticar dictaduras, estatismos o perpetuaciones en el poder.
No. Esta vez usó su pluma contra la jerarquía de la Iglesia católica en el Perú, la cual no está de acuerdo con él sobre un proyecto de ley a favor de las "uniones civiles no matrimoniales" para personas del mismo sexo. Tal desavenencia lo llevó a injuriarla ante el mundo entero.
Tintas cargadas
Como se sabe, el novelista –en un artículo publicado el fin de semana en El País y otros diarios del mundo–, denostó el Comunicado que los Obispos emitieron el pasado 3 de abril manifestando su postura ante la iniciativa legislativa, al que calificó de "cavernario y de una crasa ignorancia".
Vargas Llosa acusa también a católicos y evangélicos de actuar según "exabruptos homófobos y (con) un oscurantismo agresivo", calificándolos sin piedad de "inhumanos y racistas nazis".
Poco noble
Frente a esto, la Conferencia Episcopal Peruana no toleró tales epítetos y en un fulminante mensaje firmado el 22 de abril, se reservaron para sí "la libertad de expresar las enseñanzas de la Iglesia a nuestros fieles y a la opinión pública, más aún cuando los temas tienen que ver con la dignidad de la persona y con su salvación".
En el mismo mensaje, el Episcopado rechaza los insultos y ofensas vertidas por Vargas Llosa contra quien da su propia opinión, "solamente porque no se está de acuerdo".
En otra parte del Comunicado le hacen ver que esta actitud "no ennoblece a nadie, menos aún cuando en ocasiones como ésta, el Doctor Vargas Llosa se arroga el derecho de guardián de la conciencia de los otros, asunto que supera su competencia".
Advirtieron también que "la intolerancia y el insulto fomentan la violencia de la que ya soportamos abundantes muestras", en referencia a los años en que el Estado peruano tuvo que combatir la insania de un conflicto armado interno.