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“Hola, soy el padre Bergoglio”, y la cadena de la desinformación

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Esteban Pittaro - publicado el 24/04/14
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El caso de la mujer divorciada y su conversación con el Papa Francisco: un poco de sentido común
En un claro ejemplo de desinformación periodística, que el mismo Papa señala como el mayor pecado del periodismo, un mensaje originado en las redes sociales dio la vuelta al mundo y demandó una aclaración del portavoz de la Santa Sede.

La cadena comenzó cuando una persona de la provincia de Santa Fe alegó en Facebook haber recibido un llamado del Santo Padre, en respuesta a una carta enviada en septiembre del año pasado por su pareja. En el mensaje, el hombre narra que con un llamado del Papa, éste la autorizó a recibir la comunión, pese a que, según afirma en el mismo mensaje, la mujer es divorciada unida nuevamente. A raíz de esta entrada en Facebook, la pareja de esta persona habló en distintos medios contando una versión que no se condice con este mensaje, ya que según la mujer ella no es divorciada y sí lo es su pareja.

Independientemente de la veracidad o no de ese llamado, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, aclaró que “las noticias difundidas sobre esa materia – ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales – y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión¨. Además, advirtió que “hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia”.

¿Qué ocurriría si el Papa, enterado de este trascendido, confirma o, como es lo más probable, rechaza haber tenido un diálogo de esa índole y con esos contenidos con esta pareja? Ante los llamados que cualquiera pueda aducir, probablemente habría que abrir una oficina de confirmación de la información de la Santa Sede, clonar al padre Federico Lombardi, o, lo que es más probable, el Papa tenga que limitar su contacto directo con cientos de fieles de todo el mundo que le escriben en una actitud pastoral que moviliza conversiones. Y suponiendo que sí haya existido el llamado, es preciso aclarar el contexto de la conversación e información que aún no se tiene clara sobre la situación particular de esa pareja.

Las declaraciones del Papa Francisco ya fueron sujeto de manipulación en otros casos. En una reciente entrevista con un periódico italiano, se dio a entender que el Papa Francisco tuvo dudas antes de aceptar su designación, información luego desmentida.

El mismo autor de este artículo es citado por un vaticanista de renombre por un diálogo que tuvo con el cardenal Jorge Bergoglio y que es a su vez mencionado en una biografía. Este diálogo, citado por tercera vez, fue tomado en portales críticos con el Papa como para poner en duda su posición ante el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El trabajo periodístico

En cualquier otra área periodística una información tan poco expuesta a cualquier tipo de verificación no hubiese trascendido. Si alguien dijese con absoluta certeza “Me llamó Barack Obama para decirme que intercederá ante el Reino Unido para que entregue las Malvinas a la Argentina”, nadie le daría credibilidad. En todo caso, si un periodista le cree a esta persona, moderará las expectativas públicas y esperará cotejar con alguna iniciativa del presidente norteamericano un camino en ese sentido.

Pero lo que más se extraña en la serie de desinformaciones que circulan, desinformaciones sobre todo por la escasa verificación y las peculiares interpretaciones, es la documentación. Es innegable que el Papa abrió un debate sobre la pastoral familiar y la realidad de los divorciados vueltos a juntar, y pidió, en comunión con los demás obispos, un debate en el reciente sínodo de Obispos. ¿Pero cómo se concilia la misericordia, propia de la Iglesia, con la doctrina?

La visión del Papa

El Papa ya expuso su visión sobre el problema de las personas que sufren la imposibilidad de comulgar y aclaró, de hecho, que no se trata de los divorciados, sino de aquellos que tras atravesar esta difícil situación han vuelto a juntarse en pareja. En una entrevista concedida regresando de Río de Janeiro a los periodistas con los que compartía el avión, habló de la complejidad del problema e invitó a estudiarlo en el marco de la pastoral matrimonial contemplando la misericordia. Y en una entrevista concedida a Corriere Della Sera en marzo, a raíz de la Humanae Vitae, explicó sobre un tema también polémico: “El propio Pablo VI, hacia el final, recomendaba a los confesores mucha misericordia y atención a las situaciones concretas. Pero su genialidad fue profética, pues tuvo el coraje de ir contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de aplicar un freno cultural, de oponerse al neomalthusianismo presente y futuro. El tema no es cambiar la doctrina, sino ir a fondo y asegurarse de que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona y lo que esa persona puede hacer”.

Además, en numerosas ocasiones el Papa ha aclarado que es hijo de la Iglesia.

Pero la conclusión más lógica quizá emerja de uno de los sentidos fundamentales que señala el catedrático Gabriel Galdón para el periodista: el sentido común. No se puede informar de un cambio doctrinal a raíz de un supuesto llamado telefónico.
 

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