El 26 de abril de 1998, Guatemala se cimbró con el asesinato del obispo auxiliar de ciudad de Guatemala y un acérrimo defensor de los derechos humanos, monseñor Juan Gerardi. Desde ayer 22 de abril y hasta el día que se conmemore el 16 aniversario de su asesinato, el próximo sábado 26, habrá diversos actos en los que se recordará al prelado ultimado por odio a su defensa de los débiles.
Recuperar la memoria
En principios de cuentas, el día de ayer la cripta donde reposan los restos de monseñor Gerardi fue abierta al público para orar por él y para recordarlo en su plenitud, como un luchador de la recuperación de la memoria histórica de los guatemaltecos. El Movimiento Monseñor Gerardi, integrado por una decena de organizaciones sociales, religiosas y humanitarias, junto con la Iglesia católica, son los encargados de este recuerdo y conmemoración.
Paul Menchú, integrante del Movimiento, explicó en rueda de prensa que desde ayer y hasta el próximo sábado estará abierta la cripta en la catedral metropolitana donde reposan los restos de quien no dudó en llamar “un mártir” de la batalla librada en Guatemala por los derechos fundamentales. También ha sido abierta una exposición de murales y fotografías en la casa parroquial del templo de San Sebastián, en la capital de la República, en donde monseñor Gerardi fue asesinado a golpes en la cabeza.
Menchú aseguró que el próximo sábado el arzobispo metropolitano, monseñor Oscar Julio Vián, presidirá una Eucaristía en la catedral metropolitana, en memoria de monseñor Gerardi, y luego saldrá una caminata hacia San Sebastián. "A 16 años de su crimen seguimos conmemorando su memoria porque seguimos creyendo que la Guatemala distinta con la que soñaba monseñor Gerardi es posible", recoge un comunicado emitido por el Movimiento.
El obispo auxiliar de Guatemala inició el proyecto interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), que dirigió personal y comprometidamente, con intención de registrar por medio de testimonios y documentación la historia reciente de Guatemala, argumentando así que conocer la verdad sobre los crímenes cometidos durante la dictadura debía ser indispensable para la paz social en el país.
Con motivos conciliadores, organizó encuentros entre la insurgencia, el Gobierno y los sectores civiles. En ese contexto, monseñor Gerardi tomó como responsabilidad personal la compilación de investigaciones y entrevistas para elaborar los reportes para recuperación de la memoria histórica durante el período de la represión militar, tras el final de la guerra civil y la firma de los Acuerdos de Paz en 1996.
La dolorosa verdad
El día 24 de abril de 1998, el proyecto REMHI fue presentado, intitulado Guatemala: Nunca más, en cuatro tomos. Gerardi diría: "Pero entre las expectativas y nuestro compromiso también se encuentra la devolución de la memoria. El trabajo de búsqueda de la verdad no termina aquí, tiene que regresar a donde nació y apoyar mediante la producción de materiales, ceremonias, monumentos, etcétera, el papel de la memoria como un instrumento de reconstrucción social".
En resumen muy apretado, este reporte exponía a miles de testigos y víctimas de la represión estatal y culpaba de la mayoría de crímenes al ejército de Guatemala. En las investigaciones se documentaron más de 54 mil violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar (1960-1996). La autoría de la mayoría de brutalidades, según pruebas fehacientes, incluidas masacres, torturas, violaciones masivas, desapariciones forzadas, mutilaciones y otros crímenes, se atribuyó a las fuerzas del Estado.
Dos días después de la publicación del informe Guatemala: Nunca más, monseñor Gerardi fue brutalmente asesinado a golpes en la cabeza en el garaje de la casa parroquial de San Sebastián, de la zona 1 de la ciudad de Guatemala.
Los criminales usaron aparentemente un bloque de cemento para destrozarle el cráneo, desfigurándole al punto de que el rostro del obispo quedó irreconocible y la identificación se logró sólo luego del reconocimiento del anillo episcopal en su mano.
Entre los actos destacados se encuentra la exposición Memoria Viva en la casa parroquial de San Sebastián; más adelante el 24 de abril se desarrollará una mesa redonda sobre el tema de “Las violaciones a Derechos Humanos contra las Mujeres durante el Conflicto Armado Interno” en la parroquia El Sagrario.
El 26 de abril, a las 10 horas, se celebrará una misa en la catedral metropolitana, y al concluir se emprenderá una caminata por la memoria histórica, que desde ese templo saldrá hacia el parque San Sebastián.
Por el asesinato de monseñor Gerardi fueron condenados a 20 años de prisión los militares Byron Lima Estrada, su hijo Byron Lima Oliva y el sacerdote Mario Orantes.
En julio de 2012, el Juzgado Primero de Ejecución otorgó libertad anticipada al coronel retirado Byron Lima Estrada, luego de una petición de la defensa, por haber cumplido la mitad de su condena. En diciembre de 2013, se le otorgó la libertad al sacerdote Mario Orantes, por haber cumplido más de la mitad de su condena y un reporte de buena conducta por parte del Sistema Penitenciario.