El análisis del informe “Las religiones en tiempos del Papa Francisco”
El primer bastión católico del mundo, América Latina, se va levantando, poco a poco, de un doloroso proceso de deserción que inició hace más de una década, y que ahora pareciera ser que la confianza está regresando a su cauce.
Al menos es lo que se desprende del reciente informe sobre confianza en instituciones y, concretamente, confianza en la Iglesia católica que realizó el Latinoabarómetro, una organización sin fines de lucro, con sede en Santiago de Chile.
El informe llamado Las religiones en tiempos del Papa Francisco intenta mediar la relación de los proceso actuales en América Latina con respecto a la evolución de las religiones en la región. En la punta de la mira del informe de la organización se encuentra “la evolución del catolicismo a un año de la llegada del Papa Francisco”.
Las primeras conclusiones del estudio son que “el catolicismo (latinoamericano) es más resistente de lo que aparenta ser” y que “el crecimiento económico no produce un impacto directo de secularización como lo hizo en otras regiones del mundo”.
Para los autores del análisis demoscópico “América Latina permanece creyente, con escasa secularización”, en donde solamente Chile y Uruguay muestran ya signos reales de secularización al mantener su confianza en la Iglesia por debajo de 60 por ciento de su población.
La institución más valorada
La elección, por parte del colegio cardenalicio, del Papa Francisco en marzo de 2013, según Latinobarómetro, aumentó la confianza de América Latina en la Iglesia Católica. Sin embargo, es muy temprano para observar si este aumento de confianza en la Iglesia va a revertir el movimiento a la baja de sus fieles, quienes disminuyeron, 13 por ciento entre 1995 y 2013, según un estudio.
En estas casi dos décadas, las personas que se declaran católicas disminuyeron del 80 al 67 por ciento en Latinoamérica. Sin embargo, en Sudamérica –con Uruguay y Chile a la cabeza– el catolicismo cayó un 10 por ciento y en Centroamérica un 17 con la penetración incesante de otras confesiones religiosas y el aumento exponencial de quienes forman parte de sectas.
Sin embargo, la Iglesia católica es la institución social más valorada –en términos de confianza—solamente por abajo de la familia. En general, seis de cada diez latinoamericanos confían mucho en la Iglesia católica, solamente Uruguay, con 48 por ciento de nivel de confianza, y Chile, con 44 por ciento, están por debajo de la media de 60 por ciento en el subcontinente.
Para los redactores de la minuta de la encuesta de Latinoabarómetro, "los católicos recuperan su confianza en la Iglesia a pesar de los escándalos, probablemente como consecuencia de la llegada y liderazgo del Papa Francisco", según aseguran, todavía sin el soporte estadístico adecuado a este acontecimiento. Por ello, en el primer año de pontificado del primer Papa latinoamericano, aún no hay “efecto” en el número de católicos pero sí en la confianza en la Iglesia.
Hay que recordar que América Latina es la única región del mundo que tiene una religión -el catolicismo- mucho más dominante que otras, y se observa que aquellos que dejan el catolicismo, en la mayoría de los casos abrazan otra religión, es decir, que las filas del ateísmo o la increencia no han crecido del Río Bravo a Tierra del Fuego.
Más educación, más católicos
Los jóvenes son el principal desafío que tiene la Iglesia en la región, puesto que solamente 61 por ciento de ellos son católicos, mientras que los mayores de 60 años son mayoría: 74 por ciento de los adultos mayores siguen profesando su fe. Por otra parte, el catolicismo aumenta a medida que aumenta el nivel de educación, pues de 64 por ciento de los latinoamericanos que tienen educación básica y se declaran católicos, sube a 72 por ciento de aquellos que son católicos y poseen estudios de educación superior.
Finalmente, se da cuenta que un nutrido grupo de países latinoamericanos cuentan con un alto índice de católicos: Paraguay (88 por ciento), Ecuador (81 por ciento), México (79 por ciento), Venezuela (79 por ciento), Argentina (77 por ciento), Perú (77 por ciento), Bolivia (76 por ciento), Colombia (75 por ciento), Panamá (72 por ciento) y República Dominicana (65 por ciento).