Mons. Oswaldo Azuaje, Obispo de Trujillo, escribe una carta a Ayuda a la Iglesia Necesitada en la que asegura que el Vaticano mediará en el diálogo entre gobierno y oposición y recuerda la convocatoria de los obispos venezolanos a un “ayuno y oración por la paz en el país el Viernes Santo”.
El obispo de Trujillo recuerda cómo Venezuela es noticia desde el 12 de febrero cuando empezó la violencia en manifestaciones estudiantiles por “la despiadada respuesta de las autoridades” y manifiesta su esperanza al diálogo que ha comenzado: a inicios del mes de abril se ha abierto un espacio de esperanza ante la crisis de gobernabilidad que ha ido en aumento”. “Esta esperanza se fundamenta en la apertura tenue al diálogo de las partes en conflicto, el gobierno y la oposición venezolana” recuerda el prelado que prevé la mediación de UNASUR y del Vaticano.
En la carta enviada a los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada recuerda cómo los obispos venezolanos llevan mucho tiempo hablando de la situación dramática del país y critica el intento del gobierno de implantar el “Plan de la Patria”: “detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático”.
“La fuerte represión de las autoridades del orden público, así como de algunos grupos de infiltrados, la irrupción violenta de colectivos adeptos al gobierno y hasta de delincuentes de oficio ha ido pervirtiendo, aunque no en su totalidad, el pacifismo de las manifestaciones que, inicialmente, comenzaron como protestas ante la inseguridad”, afirma el obispo de Trujillo.
Tras considerar que nada será igual tras el 12 de febrero y la manifestación pacífica que terminó en violencia y muerte, recuerda que los obispos venezolanos han evitado un discurso equívoco sobre la paz olvidando las causales de la violencia y muestra que seguir “en el en el espiral infinito de la violencia que nos puede llevar a una situación más dramática, a un infierno”.
Por todo ello, monseñor Azuaje destaca que “el perdón es posible” y pide “a todos los fieles y hombres de buena voluntad a un ayuno el Viernes Santo que nos permita orar por la paz y solidarizarnos con los que más la necesitan: “Nos solidarizamos con la población de las ciudades que más han sufrido la violencia y los efectos de la militarización”.
“Invitamos a todos los católicos a ofrecer a Dios el AYUNO del próximo VIERNES SANTO EN SOLIDARIDAD con todas las familias que lloran a sus seres queridos, pidiendo para ellas consuelo, esperanza y fortaleza espiritual”, muestra el prelado, pidiendo que “el odio que enferma muchos corazones se debe mirar en los ojos de misericordia de Jesucristo clavado en la cruz quien perdona a los enemigos y reconcilia al género humano”.
Termina su carta con un mensaje esperanzador: “El país de Simón Bolívar y de Sucre, de Andrés Bello y Simón Rodríguez, de gente abierta y alegre que no ha dejado de ser así, a pesar de tantos motivos para entristecerse, espera la llegada de la reconciliación y la paz, del abrazo y la alegría. De aquí saldrá una Venezuela más madura, más democrática y feliz. Dios no nos deja de su mano”.
Hoy celebramos a...