Carlos Mejía Orellana, periodista hondureño y responsable de publicidad de Radio Progreso, una emisora de la Compañía de Jesús en Honduras, quien trabajaba en ella también como defensor de los derechos humanos, fue asesinado el pasado viernes en el poblado justamente, de El Progreso.
Mejía Orellana trabajaba en medios apoyados por la ONG Alboan, denunciando las violaciones de derechos humanos en el país centroamericano. Previamente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había requerido al Estado de Honduras medidas de protección para Mejía Orellana al menos en tres ocasiones, para proteger su vida e integridad. En concreto, la CIDH había pedido protección en 2009, 2010 y 2011. El activista hondureño, que trabajaba en el medio desde hace 13 años, fue apuñalado varias veces en el tórax.
“Radio Progreso es uno de los numerosos medios de comunicación que se opusieron al golpe de Estado de 2009. Desde entonces, unos quince empleados han recibido amenazas de muerte, según el director de la radio, el sacerdote jesuita Ismael Moreno, que acusa a las autoridades de haber ignorado las solicitudes de protección y las amenazas que sufría Carlos Mejía Orellana, cuando era evidente su vida estaba en peligro”, según se puede leer en un boletín emitido este fin de semana por Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Responsabilizan a las autoridades hondureñas
Desde el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, las circunstancias de trabajo del equipo donde trabajaba Mejía Orellana y apoyadas por Alboan, se convirtieron en difíciles Cabe señalar que Alboan lleva trabajando con estas organizaciones lideradas por jesuitas en Honduras desde hace más de diez años y ha obtenido financiación pública del gobierno Vasco desde 2004 por más de 2 millones de euros.
Un vocero de Alboan pidió al gobierno de Honduras que este crimen “se esclarezcan sin dilación las circunstancias de este asesinato y que no se atribuya a la violencia estructural en el país". RSF también ha condenado este asesinato e instó a las autoridades hondureñas a aclararlo y sancionar a sus autores intelectuales y materiales.
La investigación que se lleva a cabo aún no ha podido determinar cuál fue el móvil del asesinato y RSF pide que no se descarte desde un inicio el móvil profesional.
"Es responsabilidad de las autoridades tomar urgentemente las medidas adecuadas y aplicarlas a priori para romper este ciclo de violencia que padecen los actores de la información hondureños. Las autoridades deberían haber tomado en cuenta las múltiples advertencias que había hecho la CIDH sobre el peligro que corría Carlos Mejía Orellana", señaló un boletín de RSF.
Asimismo, piden la creación y puesta en marcha de un mecanismo de protección eficaz "para todos los periodistas y colaboradores de los medios de comunicación que se encuentran en peligro y piden protección".
Ser periodista en Honduras es un peligro
Con el asesinato de Mejía Orellana, se han disparado las alarmas sobre el ejercicio de la profesión en este país centroamericano, que pasa a ser el más violento del mundo medido en homicidios dolosos por cada cien mil habitantes, seguido por Venezuela.
Honduras ocupa el lugar 129 de los 180 países que conforman la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por RSF y es "uno de los países más peligrosos de la región para ejercer el periodismo", según Reporteros Sin Fronteras.
La organización de periodistas también expresa su preocupación por la situación del periodista de investigación Dennis Menjivar, que ha recibido amenazas de muerte desde que cubrió la captura del narcotraficante Arnaldo ‘El Negro’ Lobo, el pasado mes de marzo. Hace dos años el corresponsal de Canal 6 presentó una denuncia por un atentado del que fue víctima, pero la investigación sigue en un punto muerto.
Hoy celebramos a...