El Papa polaco: imágenes, frases y detalles que llevan a la misericordia
Juan Pablo II fue un hombre que marcó la conciencia y la historia del mundo con su vida. Un Papa joven, un Papa santo.
“Toda mi vida está vuelta hacia Dios, ahora he llegado a un momento de transición para la otra”, dijo en los últimos momentos de vida mientras ya se preparaba para el Paraíso.
Según su secretario, el cardenal Stanislaw Dziwisz, que estuvo con Juan Pablo II durante los 27 años de su pontificado, el santo se preparó para los momentos finales de su vida de forma muy serena y con la certeza de la resurrección.

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“Antes de morir celebró la misa de la Divina Misericordia, rezó el oficio de las horas, y falleció rezando las oraciones de la mañana en la fiesta de la Divina Misericordia. Toda su vida, desde el principio hasta el final, estuvo unida al misterio de la Divina Misericordia. De esa manera nos ofreció el programa para este milenio: la Divina Misericordia. Si no se vuelve hacia ella, el mundo no tendrá paz”, dijo Stanislaw en una entrevista a L’Osservatore Romano.
Toda la santidad de Karol Wojtyla se apoya en un hombre completamente humano. Su humanidad fue elevada a Dios por medio de una vida de muchas confrontaciones, ofertas, sacrificios, pero sobretodo una vida austera. Un hombre simple y sin lujos, de profunda fe, esperanza y caridad.
Cuando murió, Roma y el mundo gritaron: “Santo Subito”.
Muchos forman parte de la generación que tuvo a un Papa santo, que en cada acto nos enseñaba cómo aproximarnos más al Paraíso.
“Ánimo, la santidad es posible, es posible en cualquier situación, a pesar de los condicionamientos del mal”
“El amor no es algo que se puede enseñar, pero es lo más importante para aprender”
“Tomen sus vidas en las propias manos y vuélvanla una obra maestra”
“No tengan miedo. Abran las puertas a Cristo”