Después de la guerra de 1994, el Papa Francisco animó a la Iglesia a seguir acompañando al pueblo en la reconciliación, la construcción social y la paz del país Centroafricano
Veinte años después del genocidio en Ruanda que causó la muerte de un millón de personas, el Papa Francisco recordó que la Iglesia católica tiene como prioridad “la reconciliación y la curación de las heridas”, al recibir este jueves a ocho obispos de la Conferencia Episcopal de Ruanda en la visita ad limina.
Los obispos de todo el mundo tienen con el Papa un encuentro cada cinco años; en esta oportunidad los obispos del país centroafricano, recibieron palabras de ánimo “para perseverar en el compromiso” de la Iglesia por el “perdón de los pecados“ y la paz, que podrían “parecer imposibles después de tanto sufrimiento”.
La reconciliación y la paz para Ruanda
El Papa Francisco dijo a los obispos que el camino de la reconciliación es posible a través del don que se recibe en Cristo aunque sea un camino largo que “requiere paciencia, diálogo y respeto mutuo”.
En este cambio, el Obispo de Roma ha reconocido el papel activo de la Iglesia: “Así pues, adelante con vigor, con toda la fuerza de su fe y la esperanza cristiana, dando constantemente testimonio de la verdad”.
El sucesor de Pedro confirmó la importancia de “que, más allá de los prejuicios y las divisiones étnicas”, la Iglesia de Ruanda “hable con una sola voz, manifieste su unidad y reafirme su comunión con la Iglesia universal”.
Además exhortó a consolidar las relaciones Iglesia y Estado para la construcción social de la nación.
El evangelio y la educación, claves
El pontífice subrayó la aportación de la Iglesia en sectores como la educación y la salud en Ruanda, y destacó que hay muchas personas que se dedican con devoción a las víctimas de la guerra, que dejan “heridas en el alma o en el cuerpo”. El Papa dirigió su pensamiento a las viudas, los huérfanos, los ancianos y enfermos.
El futuro del país está en las manos de los jóvenes. Por ende, afirmó que “es deber de la Iglesia formar a los niños y los jóvenes en los valores del Evangelio que (···) serán para ellos como una brújula que indica el camino. Tienen que aprenden a ser miembros activos y generosos de la sociedad, porque en ellos reside su futuro”.
Hombres y mujeres competentes y honrados
En la misión de la Iglesia en la reconstrucción del país, el Papa afirmó que los hombres y mujeres del país tienen un “papel crucial” y su labor en la sociedad será creíble en la medida que sean “competentes y honrados”.
El Papa Francisco además hizo un llamado a los obispos para que atiendan a las familias ruandesas, tantas de ellas “desgarradas y recompuestas” por la guerra.
Asimismo, puso su atención y gratitud hacia los sacerdotes que tienen una tarea gravosa debido a que son poco numerosos respecto a todo lo que la misión les requiere.
El Santo Padre en su alocución ha encomendado el país a la protección de la Virgen María. “Es mi ferviente esperanza que del Santuario de Kibeho irradie aún más el amor de María por sus hijos, especialmente por los más pobres y perjudicados”, concluyó.