separateurCreated with Sketch.

El cántico de las criaturas, la oración ecológica

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Aleteia Team - publicado el 04/04/14
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
 especialmente en el señor hermano sol

Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.


Deseo donar en 3 clics

En unión a la oración del Papa Francisco de este mes de abril para que los gobernantes promuevan el cuidado de la creación y por los que sufren dolor y enfermedad, proponemos el Cántico de las criaturas, una plegaria escrita por san Francisco de Asís, en el dialecto de Umbría.

La primera parte la compuso en el año 1225, cuando se encontraba convaleciente de su enfermedad en San Damián, curado por santa Clara y por Hermanas Pobres. La estrofa del perdón la compuso en el palacio arzobispal de Asís y la de la Hermana Muerte en la Porciúncula, poco antes de morir.
 
 

Altísimo y omnipotente buen Señor,

tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.


A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
 
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,

especialmente en el señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas,
y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
 
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,

en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
 
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube
y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
 
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,

por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
 
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,

la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
 
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,

y sufren enfermedad y tribulación;

bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.

 
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,

de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.
 
Bienaventurados a los que encontrará
 en tu santísima voluntad

porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
 y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Aleteia vive gracias a sus donaciones

Permítenos continuar nuestra misión de compartir información cristiana y bellas historias apoyándonos.