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​Ostensión de la Santa Corona de espinas en Francia

Veneration of the Crown of Thorns in Notre Dame – es

© P.RAZZO/CIRIC

<span>March 21th, 2014: Veneration of the Crown of Thorns in Notre Dame Cath. for the 800th anniversary of the birth and baptism of Saint Louis. Paris (75) France.</span>

Aleteia Team - publicado el 31/03/14

Puede venerarse en la catedral de Notre Dame los viernes

Con motivo de los 800 años del nacimiento y bautizo de san Luis, la antigua reliquia que muchos cristianos veneran como la corona de espinas de Jesucristo salió la semana pasada de la catedral de Notre Dame de París para su veneración en Poissy, junto con miles de fieles y el obispo de Versalles. 

La Santa Corona no suele salir de la catedral parisina (salió para el 700º aniversario de su llegada a Francia y en 1997 cuando se celebró la Jornada Mundial de la Juventud en París), pero se presenta ante el público en Notre Dame los viernes de esta Cuaresma y los primeros viernes de mes a las tres de la tarde, y el próximo Viernes Santo de diez de la mañana a cinco de la tarde, con motivo del Año Jubilar por los 850 años del templo francés.

La llamada Santa Corona está constituida por un círculo de juncos, unidos por hilos de oro, de un diámetro de 21 centímetros, sobre el que se encontrarían las espinas (que se dispersaron a lo largo de los siglos por donaciones de los emperadores de Bizancio y los reyes de Francia). Desde el año 1896, la corona se conserva en un tubo de cristal y de oro cubiertos por una rica ornamentación.

En Notre Dame también se conservan y presentan a la veneración de los fieles otras destacadas reliquias de la Pasión de Cristo: un trozo de la cruz y un clavo de la Pasión.

Según explica la web de la catedral parisina, la veneración de los instrumentos de la Pasión de Cristo se menciona desde el siglo IV en relatos de peregrinos que iban a Jerusalen, concretamente la Verdadera Cruz descubierta por santa Elena, madre del emperador Constantino, poco después del concilio de Nicea en el año 325.

Entre los siglos VII y X, estas reliquias fueron llevadas progresivamente a Constantinopla, a la capilla de los emperadores bizantinos para preservarlas de pillajes parecidos a que sufrió el Santo Sepulcro durante las invesiones persas.

En 1238, el emperador latino de Bizancio Balduino II de Courtenay, sumido en grandes dificultades económicas, le ofreció la Corona de espinas al rey de Francia Luis XI, y el futuro san Luis aceptó comprarlas.

En 1241, las reliquias fueron llevadas solemnemente de Siria y Constantinopla a Francia. El rey francés acudió a recibir estas sagradas reliquias y él mismo entró en París con ellas, descalzo, depositándolas de forma provisional en la capilla de san Nicolás de su palacio, mientras se construía una capilla digna de las reliquias.

Esta capilla sería la Santa Capilla (Sainte-Chapelle, en francés), también denominada Capilla Real, un templo gótico situado en Île de la Cité, en el centro de la ciudad de París, considerado como una de las obras cumbre del gótico. Hoy se guarda allí la reliquia, y las paredes han sido remplazadas por ventanas que filtran la luz a través de las vidrieras policromadas.

Tags:
reliquias
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