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30 proyectos para pobres en Vitoria, ¿solidaridad o caridad?

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Enrique Chuvieco - publicado el 27/03/14
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Entrevista a Fidel Molina, uno de los responsables de “Berakah”
El compromiso “cuerpo a cuerpo” generó  allá por 2006 que distintas parroquias se unieran para dar respuestas a las ingentes necesidades que iban surgiendo en la zona vieja vitoriana. Poco a poco se fue extendiendo una marea de solidaridad en la que se fueron implicando voluntarios y empresas a cientos. Mantienen más de 30 proyectos que van desde una casa de acogida hasta una despensa solidaria.
 
Gente de muchas nacionalidades pasa por sus locales y se explaya en actividades en plena calle, como el coro para cantar a Santa Águeda por la zona vieja de la capital alavesa.
 
Berakah” es el nombre hebreo que anuncia una bendición de Iglesia nacida en las periferias existenciales para “hacer cristianismo”, como decía Charles Peguy. Hablamos con Fidel Molina y Vicente Luis García, Txenti, dos de sus responsables.
 
“Berakah”  nació en el 2006, quiere decir "Abrazo" en castellano…
 
Txenti: “Berakah” es una palabra tomada del hebreo que significa “bendición” o también “oración de bendición”, en árabe por ejemplo el término similar es baraka.
 
¿Creéis que sois pioneros en ir a las periferias existenciales? 
 
Fidel Molina (FM): No, para nada somos pioneros en “ir a las periferias”. Muchos en la Iglesia, a lo largo de la historia, han ido a las periferias, todos aquellos que han abrazado a los pobres y marginados, la lista es muy larga.
 
¿Cómo, quiénes empezasteis y qué os llevó a iniciar este proyecto? ¿Es una manera de vivir?
 
FM: Desde las parroquias de la Unidad Pastoral del Casco Histórico de Vitoria atendíamos a las necesidades que llegaban. El incremento del número de personas que se acercaban desde su realidad de pobreza y marginación nos llevó a organizar de alguna manera una comunión de bienes y servicios para atender esas necesidades.
 
El boca a boca generó que se fuesen sumando voluntarios para atender tanta necesidad y hoy somos más de 250 voluntarios y tenemos en marcha 30 proyectos. Creemos que la puesta en común de bienes y el compartir es una opción de vida. Una manera parecida a la que Jesús nos invita a vivir.
 
En estos años, habéis ido erigiendo distintos instrumentos para ayudar a los más desfavorecidos, desde crear una casa de acogida a ayudar al estudio de los chicos, ¿han ido naciendo como respuesta a las necesidades que iban surgiendo en cada momento?
 
Txenti: De todo un poco, también en algunos momentos se ha dejado un margen de maniobra a la Providencia. Han sido muchas acciones nacidas desde la necesidad que nos han ido contando los más necesitados.
 
Ahora mismo tenéis más de 250 de voluntarios, ¿cómo hacéis para organizarlos y qué compromiso les pedís a quiénes quieran serlo?
 
FM: Cuando llega una persona que quiere ofrecer parte de su tiempo se le presentan los proyectos que hay en marcha y se intenta que cada cual se apunte allí donde crea ser más útil y su disponibilidad le permita responder. ¿Pedir compromisos? No, damos por hecho que quien viene de forma voluntaria ya ha hecho un compromiso consigo mismo.
 
¿Cómo abordáis en vuestra tarea cotidiana que los resultados no alcancen las expectativas marcadas?
 
Txenti: Sin rendirnos. Si hoy no lo hemos logrado, que mañana no sea por no haberlo intentado.
 
¿Cuál es la "medicina" para que no “quemaros” en el trabajo social cuando no llega el éxito? Imagino que pasa factura en algunos momentos a vosotros y los voluntarios.
 
Txenti: Lo que quema no es tanto el no alcanzar “éxitos”. Nuestra labor no creemos que se mida por “éxitos”. Lo que quema es no poder dar respuesta a la gente más necesitada. Pero para ello nos apoyamos unos con otros y sobretodo, tenemos la certeza, de que tras este proyecto esta Dios. Él sabe siempre lo qué hace y por qué lo hace.

 
¿Tenéis algún procedimiento para evitar el efecto llamada o la venida de mendigos explotados por mafias?
 
FM: No es tarea nuestra hacer un control del flujo de personas.  Lo nuestro es acoger, querer y acompañar.
 
Colaboran con vosotros también entidades del barrio, como empresas y comercios, ¿en qué modo lo hacen y adquieren algún compromiso temporal o bien se ciñen a lo que aportan puntualmente?
 
FM: Efectivamente son muchas empresas de todo tipo y gente anónima. La lista sería interminable. Por citar alguna, la Fundación Vital Kutxa ha apostado por lo que hacemos y representa un gran apoyo.
 
Con toda su insistencia por los más pobres, el Papa ha dicho también que la Iglesia no es una ONG y que lo que más demandan los marginados es que alguien les proponga el Evangelio, ¿qué os parece esta afirmación y cómo la vivís personal y colectivamente en “Berakah”?
Txenti: Somos Iglesia y como tal el anuncio del Evangelio forma parte de nuestra misión, empezando por el mandato del “dadles vosotros de comer”. La atención pastoral y el respaldo y respeto a las tradiciones religiosas que cada uno trae de su tierra forma parte de nuestros proyectos.
 
Solidaridad o caridad, ¿qué preferís? 
 
Txenti: En principio como Iglesia el término más propio es caridad, pero solidaridad viene a ser lo mismo pero sin precisar un trasfondo religioso o de fe. La solidaridad es la caridad con calidad y calidez.
 
¿Colaboráis con otras iniciativas semejantes en otros lugares de España?
 
FM: Tenemos contactos con otros proyectos similares. Así, por ejemplo, cada año organizamos una cena solidaria a favor de Manos Unidas y en ese mismo acto damos a conocer otros proyectos.
 
Por “Berakah” han pasado entre otros, el Padre Patera con su labor en Algeciras, los responsables del proyecto La Campa de Torrelavega (Cantabria), o los del proyecto Loiolaetxea de San Sebastián.
 
Estamos barajando la posibilidad de organizar un Congreso de economatos solidarios similares a nuestro proyecto de Tabgha. Si sale adelante lo daremos a conocer en nuestra web (www.berakah.es) y en la web de Tabghahttp://tabgha.hol.es/Tabgha/?p=239
 

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