Palestina: Una familia cristiana se lanza a la producción de vino

En un reciente artículo del diario francés Le Monde se descubre con delicia el lanzamiento de una producción vinícola por la familia Khoury, hasta ahora la única fabricante de cervezas de Palestina. Una iniciativa ambiciosa para el pueblecito de Taybeh, el último territorio palestino que todavía es totalmente cristiano.

El pueblo, de 2000 habitantes, situado sobre una colina rocosa a unos treinta kilómetros al norte de Jerusalén, ofrece condiciones óptimas para una producción de este tipo.

“Gracias a nuestras tres variedades –merlot, cabernet-sauvignon y syrah- me gustaría educar a la gente a un vino de alta calidad –explica Canaan Khoury, de 23 años-. La altitud, el viento, las temperaturas,… nuestra tierra es excelente”.

Fuertes por su experiencia de cerveceros y el éxito de su producción, que se exporta a Bélgica, Alemania e incluso Japón, los Khoury han decidido intentar esta nueva aventura. Con la ayuda de su enólogo italiano, la familia espera producir un vino de calidad para alcanzar la franja superior del mercado.

El primer embotellamiento tendrá lugar el próximo mes de mayo, y el vino se empezará a comercializar en Cisjordania. Hasta el momento el país sólo tiene registradas dos iniciativas vinícolas: los monasterios de Latroun y de Crémisan. Pero el primero ya se ha integrado en territorio israelí y el segundo debe hacerlo próximamente.

Dado que Cisjordania importa la mayor parte de su vino de países extranjeros (de Francia, Italia y Argentina), la familia Khoury debería ser considerada próximamente como la única productora de vino palestina. Esto teniendo en cuenta el boca a boca y las redes sociales, porque la publicidad de alcohol está prohibida en Palestina.

Vino y cristianismo

El simbolismo del vino es muy rico en el cristianismo, después del relato de las bodas de Caná, en el Nuevo Testamento, en el que Jesús realiza su primer milagro al convertir el agua en vino:

“Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en Él” (Jn 2, 1-11).

Otros pasajes de la Biblia evocan las virtudes del vino para el corazón de cada uno, siempre que no se consuma en exceso. En total, el vino y la viña son citados 443 veces.

El consumo de vino está considerado desde el punto de vista médico para apaciguar al moribundo, para dar alegría a quien siente amargura, para olvidar su pobreza y sus penas (Prov. 31, 6-7). Se le da un efecto beneficioso sobre las heridas (Lc 10, 34) y sobre la fatiga (2 Sam 16,2). El apóstol Pablo aconsejó a Timoteo usar un poco de vino a causa de sus frecuentes indisposiciones (1 Tim 5,23).