La falta de acuerdo salarial está produciendo interminables huelgas en diversas provincias de argentina (Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Chaco, La Rioja, Tierra del Fuego y Salta), donde los gremios docentes y gobiernos provinciales todavía no llegaron alcanzar un acuerdo que garantice el normal dictado de clases a millones de alumnos.
En estas circunstancias, monseñor Marcelo Colombo, obispo diocesano de La Rioja, convocó a los profesores a que "pongan especial cuidado en aquellos niños y jóvenes que atraviesan en sus familias momentos difíciles" y pidió a los docentes que eviten las generalizaciones injustas y las bromas hirientes.
El obispo diocesano de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, convocó a los docentes de la provincia que realizan desde este martes una huelga de 72 horas a "la fraternidad" y a que "pongan especial cuidado en aquellos niños y jóvenes que atraviesan en sus familias momentos difíciles".
El obispo riojano advirtió que en esos casos "nuestra Iglesia presente a través de la escuela más que nunca debe ser casa de todos" y pidió a los educadores que "eviten las expresiones, las generalizaciones injustas, los chistes o bromas hirientes, sean discretos y absténganse de todo chisme o comentario indebido".
"Lo dicho respecto de los alumnos, vale para los compañeros de trabajo", subrayó Colombo, y dijo que "no somos una Iglesia que señala con el dedo, que habita el lugar fariseo de la vida, sino que recibimos a todos aquellos que vienen a nosotros, como son, con su historia personal y familiar, con sus sueños y proyectos".
En una carta dirigida a los docentes riojanos, el prelado aseguró que "todos tienen derecho a que les demos lo mejor de nosotros mismos".
Asimismo, instó a los educadores a ser "personas abiertas a la acción del Espíritu Santo de quien recibirán fuerza para anunciar a Jesucristo incluso a contracorriente, frente a propuestas educativas y culturales que busquen invalidarlo o excluirlo".
"Hemos sido llamados a la fraternidad", sostuvo, por lo cual propuso a los maestros "que pongan especial cuidado en aquellos niños y jóvenes que atraviesen en sus familias momentos difíciles".
El obispo subrayó que "cuando planificamos, enseñamos, evaluamos, escuchamos una confidencia, asistimos a situaciones difíciles de nuestros alumnos, reprendemos para ayudarlos a crecer o trabajamos en equipo con nuestros compañeros, somos docentes".
"No nos contentemos con cumplir sin alma, sin pasión y sin el deseo de servir", expresó el obispo de La Rioja en la misiva a los maestros, en la que pidió: "Asumamos los desafíos de la formación permanente que nos invita a reconocer que la vida es camino y somos también peregrinos en las huellas del saber".