Son muchos los que acuden a Internet, buscadores o aplicaciones buscando un versículo de la Biblia.. ¿Cuáles son los más compartidos?
Según YouVersion (www.bible.com/es) estos son los 10 versículos más compartidos:
Una cosa es marcar digitalmente los versículos que a uno le sirven, extrañan o edifican, y otra distinta es enviarlos a conocidos.
La estadística muestra que casi todos los versículos en el ránking de “los más compartidos” son frases de ánimo, exhortación, consuelo y coraje, con un par de excepciones curiosas: el más compartido es el Salmo 118,24, una frase de celebración y victoria, y en séptima posición encontramos el famoso “Maridos, amad a vuestras mujeres” de San Pablo. (En cambio, la petición paralela de “esposas, someteos a vuestros maridos”, parece no se reenvía mucho).
Y así los más compartidos son:
1. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. (Salmos, 118: 24)
2. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. (Pd. 5, 6)
3. No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra. (Is. 41, 10)
4. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. (Mt. 7, 7)
5. Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán (Is. 40, 31)
6. No tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. (Heb. 4, 15)
7. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. (Ef. 5, 25-26)
8. Te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Yahvé tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Js. 1, 9)
9. No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2. Tim. 1, 7)
10. El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable. (Salmos 18, 2)